Sin pajarillos

Hay algo más que necesito expresar para dar por terminado el tema de las aves: Si el mundo se quedara sin aves, ya no valdría la pena.

No podría despertarme con los encantadores trinos de los pajarillos, ellos ya no adornarían con su revoloteo multicolor nuestro jardín; no vendrían los inquietos colibríes, con su brillante y bellísimo plumaje por el dulce néctar de las flores; ni podría escuchar feliz en los atardeceres los maravillosos gorjeos de sus crías
.

Ya no vería las elegantes mirlas venir a mi ventana en busca de auxilio porque habría un lindo gatito acechando tras las rosas; ni me deleitaría observando gozosa los inquietos gorriones dar saltitos tras un insecto invisible; ni me extasiaría viendo multitud de golondrinas danzando amorosas en el cielo después de la lluvia; ni volvería a sentir júbilo al encontrar algunos nidos escondidos en la fragante madreselva que trepa caprichosa la verja posterior; ni volvería a ver maravillada la hermosa bandada de palomas blancas que pasan cerca de nuestra casa, ni llamaría feliz a mis hijos para que observen esos hermosos pajarillos rojo y negro que de tiempo en tiempo nos visitan, ni volvería a estar agazapada mientras esos pájaros amarillos comen en el plato del jardín
...

El encanto de la playa dejara de existir pues no podríamos admirar asombrados los espléndidos y quiméricos diseños que realizan al volar en grupo las gaviotas; ni podríamos volver a observar los alcatraces y pelícanos revoloteando tras los barcos pesqueros en busca de alimento fresco
.

Los agricultores estarían perdidos si las alondras ya no limpiasen los terrenos de larvas e insectos; el ganado ya no contaría con la colaboración de las garzas para librarse de sus parásitos
...

Sin pajarillos comenzaría a morir la belleza y yo con ella.

1 comentarios:

David Cotos dijo...

Totalmente ciertas tus palabras.