Puntos positivos de los movimientos migratorios

Siempre he pensado que es mejor no abandonar nuestro país de origen, deberíamos quedarnos en él para ayudar a engrandecerlo y desarrollarlo. Muchos salen de su patria por amor y por aventura. Pero la gran mayoría lo hacen porque en sus países no existen oportunidades de trabajo o simplemente como el primo, el vecino, el amigo o el hermano envían dinero del exterior, han podido construir una hermosa casa y tener cosas con las que han soñado; son bastantes los que emigran por envidia, deseos de tener lo mismo que otros o simplemente por ambición. Al menos es lo que he observado en algunos países latinoamericanos.


Indudablemente los puntos positivos de los movimientos migratorios aventajan a aquellos negativos:

Los países emisores reciben constantemente dineros enviados por los emigrantes y en muchos casos han contribuido al mejoramiento económico no solo de sus familias sino de sus países pues representan una generación constante de divisas. Es lo que sucede con los países centroamericanos y algunos sudamericanos como Ecuador.

Los países emisores aumentan su PIB pues constantemente se incrementan las construcciones y el mejoramiento de viviendas lo cual crea ocupación.

Los inmigrantes consiguen empleo más fácilmente que los ciudadanos residentes pues están dispuestos a hacer cualquier tipo de trabajo sin importarle las condiciones sociales pues únicamente piensan que el beneficio económico que recibirán a cambio será exponencialmente superior a lo que percibían en su patria.

Casi la totalidad de los hijos de los inmigrantes tienen acceso a excelente educación gratuita en los países receptores.

La mayoría de países europeos reciben bien a los inmigrantes pues son bienvenidos a sus fábricas, debido a que hay una demanda intrínseca. En algunos casos es posible que la inserción no sea fácil cuando desconocen el idioma local. No sucede así con los inmigrantes hispano americanos que llegan a España pues existe una proximidad de lengua, religión, historia, cultura; lo cual hace que su integración sea poco problemática.

Los inmigrantes han puesto la balanza positiva en el crecimiento demográfico de los países europeos que han contado con baja natalidad. En Francia, por ejemplo, padres o abuelos de un 10% de la población proceden de territorios no europeos según la columna de opinión de El país de Joaquín Prieto del 28 de noviembre.

Las inmigrantes de ciertos países africanos encuentran en la UE una especie de paraíso de igualdad pues mientras están en dicho territorio no pueden efectuarles la horrible ablación pues la constitución contempla la igualdad entre ambos géneros y esa mutilación que va en contra de la naturaleza femenina sería castigada duramente.

La totalidad de inmigrantes legales tienen acceso a la seguridad social y por ende tienen la tranquilidad de enfrentar cualquier enfermedad o contratiempo de salud pues saben que serán atendidos por excelentes galenos.

En algunas partes hay escuelas gratuitas para aprender el idioma nativo como en París y en Barcelona, en ésta última la propia Generalitat auspicia el aprendizaje del catalán.

Movimientos migratorios

La creciente oleada de personas que aspiran a un futuro quizás más esperanzador allende los mares o en territorios que se creen poseen una mayor esperanza de vida, es un fenómeno que ha existido desde la antigüedad y que ha tomado fuerza en las últimas décadas y ha hecho que las autoridades de la Unión Europea lo integren en sus agendas como un tema de alta prioridad. Y no es para menos, lo sucedido en Francia en los últimos días de octubre no es más que el comienzo de un terrible flagelo que puede minar poco a poco la tranquilidad de los habitantes de esas tierras.

Al parecer, la mayoría de europeos ven el crecimiento de la inmigración como una amenaza a su propia identidad, entendida ésta como un modelo de principios y valores inmutables. Posiblemente lo ven como lo deben haber visto nuestros antepasados cuando llegaron los españoles a imponer su cultura en América; como observaron los habitantes del África mediterránea cuando aparecieron los franceses en su paisaje territorial: un choque de culturas, eso precisamente es lo que es.

Pero lo que está sucediendo en la UE lo observo muy diferente, pues no han sido invadidos por un ejército, ni existen grupos de inmigrantes que estén tratando de hacer oficial su lenguaje y sus costumbres ancestrales.

No veo bajo ningún punto que un “choque de culturas” pueda ser desastroso, por el contrario, poco a poco todos enriquecerán su mente con el aporte cultural que se atrevan a recibir de los visitantes y como si fuera poco, si hubiese también una mezcla física, pronto la UE contaría con gente única e irrepetible como tenemos en nuestra América. Ya de por sí ese bello continente es un fascinante mosaico de culturas.

Según leí el 12 de este mes en “20 minutos”,
la Comisión Europea crearía una fuerza de seguridad conjunta en el Mediterráneo para luchar contra la inmigración ilegal procedente de África y no creo que lo hagan por maldad como piensan algunos seres negativos, lo que desean es acabar con la inmigración ilegal y el terrible tráfico de personas.

La UE necesita de veras a los inmigrantes pues su tasa de crecimiento demográfico se ha reducido y ello puede afectar gravemente a su sistema económico.

Las migraciones no se generan sólo por los factores de miseria y falta de oportunidades de empleo en los países emisores, sino por los factores de atracción en los países receptores quienes experimentan una necesidad crónica e inevitable de trabajadores de origen extranjero. Es lo que vemos precisamente a través de las redes informáticas y los medios de comunicación que abren ventanas publicitarias que reclaman a miles de personas que anhelen formar parte de su progreso económico.

Aunque endurezcan las políticas migratorias, es un hecho que la UE necesita de trabajadores que realicen los oficios que muchos europeos rechazan como el trabajo doméstico, la agricultura, el cuidado de los niños y de los ancianos.


Celibato sacerdotal

El sínodo de obispos católicos que tuvo lugar entre el 2 y el 23 de octubre reafirmó claramente el celibato de los sacerdotes y descartó permitir el matrimonio como solución a la crisis de vocaciones que enfrenta esa iglesia en todo el mundo. Todo eso me parece una necedad y se trata de otra intolerancia pues los jerarcas de la iglesia católica son ya hombres mayores que han de pensar que los demás deben pasar lo que ellos. ¿No se darán cuenta que no tener pareja es ir en contra de la naturaleza?


La definición más depurada de celibato es la de "estado opuesto al del matrimonio"; no comprende por tanto la viudez. Celibato es soltería. Este es su mejor sinónimo.
Usualmente creemos que celibato, es la abstención de relaciones sexuales, pero en verdad es la ausencia de matrimonio, es decir de unión legítima, con los derechos que de ello se derivan, muy en especial el de descendencia.

Una cosa es el celibato y otra muy diferente el voto de castidad que hacen los religiosos, que entre otros también es una aberración.

La cúpula católica dice haber encontrado en la Biblia su base para imponer el celibato; pues allí también hallé mi fundamento para oponerme pues es el mismo Pablo de tarso que me ofrece esa posibilidad. En su carta a los Corintios dice: "más vale casarse que quemarse"; el mantenerse célibe además de estar obligado a renunciar a toda actividad sexual para estar siempre ardiendo y alimentando el fuego, no era exactamente la solución en la que pensó Pablo.

Sé que la mayoría de sacerdotes católicos considera válida la norma del celibato presbiteral. Lo consideran signo de una total entrega a su vocación. Ellos aseguran que el celibato aporta al ministerio eclesial cierta significación de disponibilidad y llamada a la trascendencia. ¿Y quién les cree? Existen infinidad de predicadores felizmente casados y les alcanza el tiempo para su familia y para ayudar eficazmente a sus feligreses.

Lo que veo en las normas para los curas es que poco a poco quisieron formar una especie de casta diferente, por eso han hecho creer a sus iniciados que el celibato es un “derecho divino”, algo propio de los “escogidos de Dios”. Pues quienes hayan impuesto esa ley deberían saber que son más grandes las leyes de la naturaleza. No hay virtud alguna en rechazar lo que el cuerpo nos pide. En la actualidad existe la reproducción in Vitro y la clonación, pero aún no se ha visto que haya nacido alguien sin madre, sin la unión de dos cuerpos de diferente género.

Si todos nos dispusiéramos a ser “virtuosos” según la mirada eclesial, eso querría decir que poco a poco se acabaría la raza humana pues para reproducirnos es necesario unirnos a nuestras contrapartes. Desde niña he conocido ese texto del Génesis que dice “no es bueno que el hombre esté solo…”, ¿será que esa no es una buena razón para abolir el celibato?

Divorcio y catolicismo

Hay relaciones de pareja que se vuelven realmente destructivas y son capaces de llevar incluso hasta la locura a sus protagonistas.
Cualquier día nos encontramos con alguna interesante persona totalmente desconocida, la tratamos durante algún tiempo, nos enamoramos locamente, nos apasionamos supremamente por ese magnífico ser increíble, que ni siquiera, en el caso femenino, nos paramos un momento a reflexionar si pasado el tiempo nos seguirá encantando el horrible desorden de esa personita y algunas otras cosillas que hemos detectado pero que nos han parecido únicamente inquietos espejismos. Parece que el amor y la razón siguen maravillosas sendas paralelas.

Formar pareja es una de las mejores acciones que puede ejecutar el ser humano. Es algo encantador, muy agradable; la vida se llena de fascinantes y dulces sensaciones y bellísimas expectativas que nos mantienen flotando. Desafortunadamente para muchos el despertar es demasiado duro, pues finalmente se dan cuenta que se han enamorado de una persona extremadamente egoísta, acomplejada o con unos celos enfermizos capaces de poner mal hasta al más paciente de los seres humanos. O posiblemente el "flechazo" fue algo netamente físico y de pronto comprenden que nada tienen en común.

¿Qué hacer ante una pareja dañinamente posesiva, desventajosamente impositiva que únicamente busca su propia satisfacción; o sólo es feliz cuando se hace su voluntad?

Dejarla, supongo. Bueno, yo, totalmente imperfecta, nunca me he divorciado, vivo hace mil años con el mismo hombre, pero conozco muchísimos caso de parejas que amándose de veras han tenido que recurrir al divorcio cuando el entorno se ha tornado hostil y en nombre de su salud y buenos modales tomaron las de Villadiego.

Como el ser humano es el único animal que tropieza varias veces con la misma piedra, después de tres o cinco años se vuelve a enamorar y comienza nuevamente la historia, posiblemente con excelentes resultados con la experiencia adquirida. Mas el catolicismo ve mal que un divorciado contraiga nuevamente nupcias, al colmo de negarles el derecho de acercarse al altar a recibir la comunión como lo hacen todos los ferigreses. Sin embargo en nuestra existencia es mejor regirse por el raciocinio que conduce a mejorar nuestra calidad de vida que por las obsoletas normas religiosas impuestas o establecidas.

Uniendo todo eso con los asuntos que hablan los religiosos, resulta que, como peregrinos miembros de una iglesia "peregrina", después de un divorcio los creyentes se levantarán de nuevo, se preguntarán qué han hecho mal y lo intentarán de nuevo. Pues nadie quiere vivir solo. La mayoría de seres humanos anhelamos tener hijos, una familia, alguien con quien compartir nuestros sueños y nos gustaría creer que el matrimonio puede ser para toda la vida.

Teólogos y canonistas católicos bien acreditados están poniendo en tela de juicio la solidez doctrinal y la utilidad pastoral de negar los sacramentos a quienes de han vuelto a casar sin una anulación. Todo eso no es más que un nuevo maltrato, otra de las formas de exclusión de la que hace gala la iglesia católica de Roma.

Catolicismo y exclusión de divorciados

Es supremamente increíble que en la actualidad aún existan iglesias en occidente que vean mal todo lo relacionado con el sexo. La iglesia católica, no conforme con las atrocidades cometidas a través de la historia, como la inquisición; en 1981 el Vaticano, a través de su código de derecho canónigo publicó un controversial artículo relacionado con la eucaristía y los divorciados vueltos a casar. (Ley canónica: sistema basado en el deber, el castigo, la jerarquía y la obediencia).

En "vida sacerdotal" del 24 de junio del 2000 decía exactamente: "No deben ser admitidos a la sagrada comunión los excumulgados y los que están en entredicho después de la imposición o de la decharación de la pena, y los que obstinadamente persistan en un manifiesto pecado grave". Esta prohibición fue ratificada en 1992 en el Catecismo de la iglesia católica y según el servicio informativo de terra.com, el 17 de abril del 2003 el papa Juan Pablo II reiteró la prohibición.

La moral cristiana se basa en los pensamientos del archimisógino Pablo de Tarso y el ultra pesimista Agustín de Hipona. Esa moralidad, que se ha mantenido inalterada hasta hoy, considera que el sexo es malo. (Cuando no son ellos los involucrados) Y las relaciones sexuales sólo son permitidas por excepción, bajo una serie de limitantes impuestas por la jerarquía católica.

Los jerarcas católicos aún creen que la finalidad única del acto sexual es la procreación y que el aspecto de la satisfacción física y emocional de la pareja es un tópico irrelevante. Probablemente para la iglesia católica es más grave tener relaciones sexuales con la persona que amamos que cometer un peculado. Seguro que sí pueden comulgar personas que violan criaturas, secuestradores, traficantes de personas o estupefacientes, difamadores, asaltantes y matones porque esas son faltas cometidas en el anonimato. ¡Oh! Pero si se trata de divorciados que han tenido el buen sentido de rehacer su vida, ellos no pueden acercarse al altar de Dios porque todo el mundo sabe de su felicidad.

¿Por qué no se darán cuenta que ya no estamos en la edad media o en la época en que condenaban a la hoguera a todos quienes se oponían a sus doctrinas?

¿No habrán percibido los curas que día a día han perdido y seguirán perdiendo ferigreses debido a su total intolerancia?

¿Por qué osan expresar que ellos siguen las enseñanzas divinas cuando en verdad se trata de burdas imposiciones? Según buenanueva.net, no se trata de una ley de la iglesia sino una ley de Dios. Si Dios hubiera prohibido el sexo no nos hubiera puesto genitales, seríamos ovíparos y nos reprodujéramos como los peces.

En el concilio Vaticano II señalaron a la iglesia católica como "peregrina", es decir que aparentemente ha ido por la vida asumiendo cada paso, ya fuera en falso o en terreno sólido. Porque todos caminamos a través del tiempo unas veces con la cabeza en alto, otras cabizbajos, unas veces con pasos firmes o cojeando, pero seguimos adelante con la convicción de ver todo del lado positivo o haciendo lo posible para que las caídas no sean tan dolorosas; pues todos hemos tenido nuestros desencuentros y si la exigente jerarquía católica nunca ha tropezado que arroje la primera piedra.

En el Sínodo de obispos que tuvo lugar del 2 al 23 de octubre del año en curso, no hicieron esfuerzo alguno por arrojar luz en el camino de los católicos divorciados y vueltos a casar. Es absurdo excluir a personas que se han vuelto a casar luego de un fracaso, ¿no son acaso las iglesias las llamadas a dar ejemplo de reconciliación?

¿O será cierto que el cura predica pero no practica?

¿Castellano o español?

Cuando era niña me enseñaron que el idioma hablado mayoritariamente en Colombia, mi país, se denominaba "Castellano" pues sus raíces estaban en una región de España llamada Castilla. Desde hace algunos años, debido a la globalización y al léxcico empleado por otros idiomas, se comenzó a hablar de lengua española. Me pareció normal debido a que es la lengua mayoritaria en España; de tal manera que en los Estados Unidos, por ejemplo, nadie habla de los "castellanos" sino de los hispanos.

A América la dividimos en dos desde el punto de vista lingüístico: América Anglosajona y América Latina. A mi entender no debemos decir hispano América pues estaríamos dejando por fuera a millones de brasileños quienes hablan portugués que es también una lengua latina. Pero eso es otra historia.

Los debates acerca del nombre que debemos dar a nuestra lengua tienen lugar en España y no en nuestra América. Don Adelino Álvarez Rodríguez publicó en el 2000 sus "Reflexiones Dialectológicas" en donde, entre otras cosas, pone de manifiesto que nuestro idioma sigue llamándose español a pesar de haber rebasado las fronteras de España; lo cual nos llevaría a una discusión mucho mayor, pues un idioma sigue siendo tal aunque lo hablen a cien mil millas de distancia de su país de origen. La diferencia es que mientras más países lo utilicen será mayor su riqueza.

En Internet ya comenzaron a diferenciar: "español de Argentina", "español de Colombia", "español de Venezuela", etc. Pienso que con el ordenamiento gramatical necesario, todos hablamos la misma lengua con diferentes matices en la pronunciación, con algunos localismos, pero el lenguaje culto es entendido en todas partes.

Expresándome en términos más apropiados creo que, aunque la fonética, el léxico y hasta la sintaxis varíe en el Caribe, en cualquier parte de América o España, no podemos hacer diferenciaciones por grados de desarrollo o crecimiento idiomático pues no hay idiomas superiores sino que cada región tiene su lenguaje metafórico, abstracto, simbólico o lúdico propio y me parece maravillosamente fascinante conocer los diferentes giros idiomáticos pues eso enriquece mi vocabulario.

A pesar de haberme salido del tema lo retomo para decir que en América hablamos castellano o español con muchos matices, con encantadoras pinceladas regionales, pero hay que aprender a referirnos al idioma que nos trajeron a América como español pues es el gentilicio de quienes nos lo impusieron hace más de 500 años... ¡que nuestros antepasados no eran mudos!

Más sobre el Premio Planeta

Después de leer bastantes comentarios sobre los sucesos acaecidos como consecuencia de las inconformidades sobre el Premio Planeta les diré algo francamente a quienes opinan que con sólo leer el comienzo de un libro ya saben si se trata de una obra maestra o un bodrio.

En mi opinión eso es lo más aventurado que en mi vida he leído, puesto que muchísimos de los libros considerados como los mejores del mundo hubieran sido vilmente rechazados por su contenido inicial. En este momento se me ocurren dos ejemplos contundentes: "La Biblia" y "El nombre de la rosa".

El primero considerado por millones de personas como lo mejor que ha escrito el ser humano, no hubiese sido considerada excelente por algunitos pues comienza con la "pueril" historia de la creación, mostrando a un Dios "alfarero" que modela muñequitos de barro. El concepto de muchísima gente y de un personaje muy conocido llamado Gandhi, es que lo mejor de la Biblia es el nuevo testamento y eso está al final de dicho libro.

"El nombre de la rosa" también habría sido rechazado por esos "genios" pues las primeras cien páginas son las más densas que podamos imaginar; sin embargo más de diez millones de personas nos hemos maravillado con el contenido de esa obra maestra de la literatura universal.

Conclusión: de un lado estoy segura que aún no ha nacido el genio que únicamente hojeando y ojeando las tres primeras páginas de un libro pueda decir con exactitud que sea de buena o baja calidad. Por otra parte, si existe un honesto y verdadero concurso literario, creo que los encargados deberían leer atentamente todas y cada una de las obras recibidas, incluso poner alguna nota al autor; por lo menos si su manuscrito está mal redactado que sepa que debe dedicarse a otra cosa y que se olvide para siempre de escribir.