¿Quién protagoniza la Navidad?


Si partimos que la navidad es el recuerdo de un nacimiento, necesariamente hay que saber quién es el que cumple años y la respuesta no se deja esperar pues mucha gente nos dirá que quien cerebra su natalicio es nada menos que un personaje al cual sus seguidores lo elevaron a los altares y le dieron la categoría de hijo de Dios. Y ha sido tanto el marketing a favor de este personaje que sus doctrinas cambiaron el mundo occidental y hasta los sucesos históricos comenzaron a relacionarse como acaecidos antes o después de su advenimiento.

Sea que haya o no existido, si las doctrinas que le atribuyen sean suyas o no, el ideal de paz y amor por él preconizado es maravilloso. Veo una semejanza con Sócrates: ninguno de los dos ha dejado escrito alguno, se han conocido sus postulados filosóficos a través de sus discípulos, no existen biografías de ellos; naturalmente escritas por laicos en el caso de Jesús, pues ya se sabe que en el Nuevo Testamento se habla mucho de él.

Sin lugar a dudas la celebración de la navidad es un ejemplo del sincretismo de elementos procedentes de diferentes culturas y tradiciones, por ejemplo la fiesta del solsticio de invierno y la Festividad al dios Celta Cernunnos,
dios de la sabiduría, dios venado, de la renovación de las estaciones e incluso del mundo subterráneo.

Festividades de esta naturaleza eran muy populares en el Centro y occidente de Europa, por lo que los sacerdotes cristianos utilizaron estas creencias populares
para facilitar las conversiones; fue así como muchas festividades nativas eran adoptadas a los calendarios de la nueva religión cristiana. Otro ejemplo es la fiesta de san Juan que coincide con la celebración que hacían los celtas por el solsticio de verano, pero ese es otro cuento.

Bien, no importa en realidad cómo haya nacido esta costumbre, el caso es que desde hace mucho tiempo se convirtió en una tradición que año a año reúne las familias, no alrededor del pesebre a la usanza de antaño, sino alrededor del árbol de navidad que se ha convertido en nuestra época en el verdadero protagonista pues a sus pies colocamos los regalos con los que sorprenderemos a nuestros seres queridos y es alrededor de él que los niños suspiran imaginando si recibirán el juguete deseado.

Y también es junto al hermoso abeto o al pino iluminado que cantamos alegremente villancicos o muchas veces sentimos la triste certeza del frío de una ausencia que nos roba unas lágrimas… y, en la distancia tratamos que la añoranza se torne en consuelo al imaginar que nuestro ser amado es feliz.

1 comentarios:

Mauricio dijo...

Lejos en el espacio pero muy cerca en el ciberespacio y más aún en el corazón.