El pintor Fernando Botero


El pintor colombiano nacido hace 75 años ha marcado un hito en la historia de la pintura y la escultura, creo que a nivel internacional.

En un mundo en donde en las últimas décadas se le ha rendido pleitesía a la delgadez, este original artista se ha hecho famoso pintando y realizando esculturas de personas obesas.

No creo que sea necesario exhibir una biografía de ese genio pues apenas requiere presentación. Alguien que se interese por el arte sabe que su principal característica radica en el tratamiento que le da al volumen y a la forma.

Cuando yo pinto me introduzco en una especie de mundo mágico, la cuarta dimensión me aguarda y lo trasforma todo en un universo de estética y belleza.

Podría decir que cuando Botero se propone ejecutar una pieza de arte su mente entra en un entorno esférico, pues es la redondez la que se aloja en su intelecto para producir obras en donde el espacio, el gran volumen dan como resultado el arte de forma diferente.

En las ocasiones que he concurrido a exposiciones de la obra de Botero me ha parecido que existe cierta placidez en sus cuadros… hasta que asistí a la muestra de los 50 horrores de la cárcel de Abu Ghraib en Irak. Al parecer el pintor realizó esa serie como protesta ante un comportamiento inhumano. En alguna entrevista dijo:
“Siempre había hecho imágenes placenteras, pero en el momento en que dibujé el primer boceto sentí que me corrió una furia, estaba enojado. Me sentí mal de saber que lo que sucedió no es lo correcto, cómo podía ser posible”.

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