Retorno de un largo feriado


Siempre que hay unos días extras de vacaciones las carreteras se congestionan, a veces hay accidentes, la circulación se torna lenta y con paradas esporádicas y, sobretodo al regreso, los viajeros se ven afectados por las retenciones en las carreteras debidas a múltiples causas.

El anhelo de dejar la ciudad para cambiar de clima o de lugar, o como parte de un descanso es señal de bienestar y deseo de vivir una existencia plenamente. No es necesario ser muy adinerado para desplazarse y buscar distracción diferente a la que se encuentra en la ciudad en un fin de semana.

Esos viajes a lugares turísticos traen infinidad de beneficios no sólo a quienes parten en busca de placer, sino principalmente a todos aquellos a quienes
su sustento depende de la cantidad de personas que visiten sus pueblos, balnearios, posadas, hoteles, restaurantes, etc.

Cuando el turista vuelve a casa imagina no solo los hermosos lugares que ha visitado o que ha re-encontrado sino que bullen en su mente infinidad de rostros, fragancias, sonidos, sabores y, sobretodo, miradas…

Sí, definitivamente existen miradas que alegran, que agradan, que cautivan, que seducen,
que regocijan, que entusiasman, que encantan, que deleitan, que recrean, que llegan muy dentro.

Pero también están aquellas que inquietan, que impresionan, que perturban, que interrogan, que mortifican, que afligen, que interpelan, que hacen reflexionar si ha sido una buena decisión ese viaje.
Es en ese punto cuando comienza una interminable lista de situaciones en la mente y se llega a la conclusión que la intervención del turista es básica para que esas personas subsistan. Y de otro lado... ¡qué bueno estar de nuevo en casa!

0 comentarios: