El día del trabajo


Siempre me he preguntado por qué hay asueto el día del trabajo. Ese día deberíamos todos rendir culto a aquello que enaltece al ser humano, esto es la labor cotidiana.

El trabajo es algo inherente al hombre, es su patrimonio exclusivo, una eterna necesidad natural y quizás la primera condición de nuestra vida.

Deberíamos laborar con mucha alegría puesto que se trata de una actividad racional encaminada a la producción de bienes materiales en el que el ser humano ejerce su influjo sobre la naturaleza para adaptar sus elementos a sus necesidades; un componente determinante en el desarrollo de cualquier sociedad.

El factor decisivo de toda producción es la fuerza de trabajo del hombre, ello es fundamental para elevar el nivel de vida y la producción de capital en cualquier país, cuyo resultado trae bienestar a sus ciudadanos.

Mucha gente me ha preguntado cuál fue el detonante para que exista esta celebración a nivel internacional, aquí el dato:

En 1886, el Presidente de los Estados Unidos, Andrew Johnson, promulgó la llamada Ley Ingersoll, que establecía 8 horas de trabajo diarias. Por alguna razón los empresarios hicieron caso omiso a esa disposición lo que desencadenó los reclamos de las organizaciones laborales y sindicales de Estados Unidos que se movilizaron y comenzaron a luchar por el cumplimiento de dicha Ley paralizando el país productivo con más de cinco mil huelgas.

Aquellas manifestaciones llegaron al límite el 1° de mayo de ese mismo año, cuyo episodio más famoso fue el ocurrido en Chicago en el que luego de grandes enfrentamientos y una terrible represión hubo varios muertos y muchos heridos. Algunos líderes anarquistas fueron hechos responsables, fueron acusados, juzgados sumariamente y ejecutados en noviembre del año siguiente y pasaron a la historia como “los mártires de Chicago”.

Según “La Prensa gráfica”, durante el Congreso de la Asociación Internacional de Sindicatos europeos de 1889, celebrado en París, el 1º de mayo quedó instituido como el “Día Internacional del Trabajador”.


En la actualidad la mayoría de empleados cuentan con el apoyo de sindicatos que han luchado por la obtención de excelentes beneficios de sus afiliados, los avances en contratación, sueldos, prestaciones sociales y todas las leyes que han entrado en vigor son fruto de reivindicaciones de los dirigentes de esos grupos.

La realidad es que desde la época en que sucedió lo de Chicago, hasta el momento,
la masa trabajadora ha logrado a través de las reformas laborales un avance inusitado. Únicamente falta equiparar los sueldos de acuerdo a la capacidad y rendimiento del trabajador; no verlo venido a menos en razón de sexo, edad, nacionalidad o raza.

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