Oposición al gobierno de turno

Estoy segura que casi la totalidad de las Constituciones políticas de los países que viven en estado de derecho contemplan la facultad de hacer sana oposición a quien esté gobernando. En tal caso los movimientos o partidos políticos que no participen de dicho gobierno pueden ejercer, dentro de lo que determinen las leyes, una oposición crítica y, sobretodo, proponer alternativas viables sobre políticas gubernamentales.

Quien sea que detente el poder no puede arrogarse la libertad de insultar, descalificar, perseguir, maltratar y tratar de eliminar a sus contrincantes políticos, aún pisoteando los contenidos constitucionales. Ese tipo de gobernantes deberían de saber que es muy sano que haya discrepancias pues aprendemos mucho con la diversidad de criterios.

En las democracias más avanzadas del mundo moderno, la oposición es parte fundamental de las mismas y los ciudadanos la ejercen de manera frontal, clara, precisa y valiente; sin miedo a ser tachados como resentidos sociales, subversivos, antipatriotas, amigos de la confrontación y del terrorismo.

Cuidado con aquellos gobiernos que han comenzado a atacar a los medios de comunicación, que se refieren a los representantes de otros partidos políticos como corruptos, mostrándolos como una especie de peste de su país tratando de debilitar por completo a sus oponentes.


Es muy saludable que haya grupos que piensen diferente. Ello no quiere decir que esas personas tengan como único fin destruir las instituciones del Estado o que deseen hacerle daño a la nación, o que sean egoístas que no piensen es su patria.

No podemos desacreditar a quienes no razonan igual a nosotros. Un gobierno no puede enrumbarse por el camino de las estrategias beligerantes que lo único que hacen es construir odio y miseria.

0 comentarios: