Hasta pronto Marcel Marceau


Si alguna vez tengo nietos les contaré la historia del hombre que transformó el arte de la pantomima en sinónimo de su propio nombre pues Marcel Marceau es, ha sido y será el mimo por antonomasia.

¿Cómo les expresaría esa historia?

Hace muchos años a comienzos del siglo pasado, en 1923, cuando la inquieta primavera empezaba a llenar de colores a la madre naturaleza nació un niño muy hermoso en casa de la familia Marceau, allá en la bella ciudad de Estrasburgo (noreste de Francia).

El nene resultó ser un encanto y desde niño dio muestras de su genialidad. Él nunca pensó que sería mimo algún día, se veía profesor de inglés. Le fascinaba dibujar y pintar, nunca dejó de hacerlo, su estilo era muy curioso, quizás de humor negro, a quienes observaban sus piezas de arte les hacía pensar en James Ensor.

En un momento de la segunda guerra mundial cuando Marcel Marceau contaba con quince años, Estrasburgo debió ser evacuada en 48 horas. Sus habitantes debieron partir dejándolo todo. En aquella huida encontró al mimo que lo introduciría en el arte de la pantomima: Decroux.

En 1944 se matriculó en la Escuela de Arte Dramático "Charles Dullin" del Teatro Sarah Bernhardt en París, donde cursó estudios con su Maestro de la mímica Etienne Decroux; fue éste quien se percató de la magia de Marceau y le reclutó para su compañía como Arlequín en la pantomima titulada 'Baptiste’.

Sin duda, 1947 fue un año singular para Marcel, pues por aquella época creó el sin igual personaje lleno de ternura llamado “Bip” que sería como su alter-ego; el payaso cautivador y melancólico
que llevaba su cara pintada de blanco, pantalones muy anchos, una camisa de rayas y con una flor mustia en su deformada chistera. Ese fue el alba de una carrera artística colmada de éxitos. Durante más de medio siglo sus espectáculos recorrieron el mundo y las entradas se agotaban. Todos los amantes del arte quisimos verlo en persona un día.

Poco a poco sus silenciosos ejercicios se convirtieron en clásicos del arte de la pantomima y la interpretación. 'La caja', 'Caminando en contra del viento', ‘Adolescencia, madurez, vejez y muerte’. Éste último también llamado ‘Juventud, Madurez, Vejez y muerte se constituyó en uno de sus actos más punzantes y cargados de filosofía, mostraba sin palabras el paso de toda una vida en cuestión de minutos.

¿Qué es la pantomima?

La pantomima es un arte que hipnotiza. Es una lección de silencio y genialidad. Es un leguaje universal, es hablar con los movimientos del cuerpo, con gestos, con muecas, es llevar al cenit la expresión corporal, es una manifestación artística sin fronteras, es expresar sin palabras que la idea de la paz es un deseo universal…

Fue Reconocido en todo el mundo por su gran versatilidad teatral mímica, Marcel
Marceau fue nombrado Embajador de Buena Voluntad de Naciones Unidas sobre el Envejecimiento, pues actuó incansablemente por todo el mundo hasta una edad muy avanzada, sin perder su agilidad jamás, y sin salirse de su estilo. Se hizo merecedor de una gran cantidad de premios, incluyendo el Deburau (1948), además de dos premios Emmy por sus programas de televisión.

Alguna vez manifestó que un artista de la pantomima requiere sentido de la música, del tiempo, de la introspección psicológica y de la poesía. Abarcó toda la gama de las emociones humanas en el escenario durante más de 50 años, sin pronunciar palabra.

En 2005 realizó una gira de despedida por América Latina, pasó por Brasil, Colombia, Cuba y Chile. El 22 de septiembre (del año en curso) a los 84 años, el mejor mimo del mundo se alejó para siempre, partió silenciosamente al país del nunca jamás y nos ha dejado una adorable lección: las palabras sobran cuando existe otra forma de hablar.

¡Hasta pronto, genio de la expresión corporal!

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