Espectacular granizada en Bogotá


Lo sucedido el fin de semana anterior en Bogotá es fruto del cambio climático, pero esto no es la excepción, todas las inundaciones que han sucedido en los últimos días en México y centro América tienen que ver con nuestro descuido, por no respetar y cuidar a nuestra madre tierra, nadie quiere entender que somos parte de la naturaleza, no somos dueños de ella.

Los políticos de todo el mundo se reúnen para hablar acerca de lo que sucede en nuestro planeta, se firman acuerdos ecológicos, se hacen muchas promesas, los países industrializados se proponen cambiar los hábitos para reducir la contaminación, la UE busca crear nuevas fuentes de energía para evitar aquellas que contribuyan al calentamiento global…

Los mandatarios del denominado G8 ya realizaron su reunión anual en Alemania, como lo han hecho en otras ocasiones para dialogar sobre la pobreza y la contaminación. Como siempre el tema ambiental ha sido de desacuerdos y terminaron por llevar sus preocupaciones hacia una ayuda sustancial para combatir algunas enfermedades en África, pero de la reducción de gases tóxicos, nada…

El mundo está lleno de buenas intenciones, pero aquellos que más han aportado en esta terrible crisis climática se hacen los sordos y no han empezado a reducir su aporte contaminante. Como se creen intocables han de pensar que las catástrofes sólo las viviremos en los países subdesarrollados; no quieren comprender que todo lo que realizamos cada uno de los habitantes del planeta, de alguna manera, nos afecta a todos… si doy un golpe aquí, repercute en el otro lado del mundo.

Es posible que en donde ha habido inundaciones y terribles embotellamientos en las principales vías, como sucedió en mi Bogotá, haya sectores de la población que culpen a las autoridades alegando que las alcantarillas están mal diseñadas, o a los efectos del paso de los huracanes en el Caribe, pero no, todos somos culpables por maltratar a la naturaleza.

Siento mucho lo ocurrido a mi amada Bogotá, por fortuna no hubo víctimas que lamentar. Creo que lo que sucede a nivel mundial en el radical cambio de los signos meteorológicos
es una especie de advertencia de la naturaleza sobre lo que nos puede suceder con las actuales prácticas de anteponer el dinero y la ambición individual por encima del equilibrado goce de los recursos que nos brinda nuestra madre tierra.

1 comentarios:

Roberto dijo...
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