Cambia de color la Casa Blanca I


A mediados del siglo pasado los afros americanos eran aún humillados en los Estados Unidos hasta que apareció Martin Luther King; de su mano lograron algunas rectificaciones no sólo gubernamentales sino también a nivel de una sociedad llevada por la exclusión en muchos aspectos.


Hace cuarenta años lo asesinaron y estoy segura que él hubiera encontrado sentido a su muerte si hubiera vislumbrado el porvenir de sus compañeros de infortunio.


Colin Powell quien el 17 del pasado mes de octubre anunciara su apoyo al candidato demócrata, fue el primer hombre afro estadounidense en tener varios cargos de gran responsabilidad: consejero de Seguridad Nacional en la Administración de Ronald Reagan; jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos durante la guerra del Golfo (1990-91), y secretario de Estado del mandatario George W. Bush hasta 2006.


El 04 del presente mes, Barack Hussein Obama Jr ha escrito su nombre en la historia: ha sido electo Presidente de los Estados Unidos el hijo de un inmigrante y encima de todo un afro estadounidense, sí, su padre era de Kenia.

Esa elección es muy importante pues demuestra que el pueblo estadounidense ha madurado, ha dejado a un lado sus tendencias racistas a favor de una oportunidad de reavivar la economía y la esperanza de que el fantasma de la depresión se agote.


El senador demócrata, de 47 años, ha arrasado en las urnas con un resultado histórico: 63 millones de votos (53%) y más de 340 delegados, muy por encima de los 270 que necesitaba para hacer realidad su sueño.


El nuevo huésped de la Casa Blanca heredará el próximo 20 de enero un país en crisis y en conflicto: tiene dos guerras, un planeta en peligro y la peor crisis financiera de los últimos tiempos. Un panorama poco halagador. Le espera un largo y escabroso camino y es posible, que muchos de quienes hoy lo alaban, cualquier día le maldigan cuando la crisis galopante que recibe llegue a los bolsillos de sus conciudadanos.


El triunfo de Mr. Obama hace realidad una quimera para los inmigrantes al ver en la presidencia, hablando inglés fluidamente, a una persona de piel canela. Van a soñar con la igualdad de condiciones que sólo ha sido una realidad en el papel y en las buenas intenciones de algunos gobernantes.


Bien, el nuevo presidente de los Estados Unidos tendrá que rápidamente pasar del discurso y la retórica a tratar de solucionar casos concretos, asunto muy difícil por cierto pues la huella dejada por su antecesor es profunda y muy difícil de borrar, sobretodo, aquella que ha permitido que un puñado de banqueros rapaces pusiera en peligro el sistema financiero mundial.


Muy probablemente sus seguidores crean que inmediatamente podría retirar las tropas de Irak, desmantelar la cárcel de Guantánamo, poner enfrente de la secretaría del tesoro a un mago de las finanzas, quitar el bloqueo económico a Cuba, etc. Pero la realidad supera siempre a la ficción. Esperemos que pueda realizar muchos de sus proyectos pues ya se acabó la maquinaria de propaganda electoral, la realidad comienza hoy.


Por mi parte, la semana próxima, Dios mediante, escribiré mis reflexiones sobre otros aspectos de la elección de Obama… (¿No les recuerda a otro personaje ese nombre?

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