El micro-poder

Los fantásticos avances tecnológicos de los medios de comunicación de nuestros días, han provocado una transformación radical de los usos políticos, sociales y económicos; en la manera de aprender y ver la vida. Gracias a las nuevas tecnologías, al uso de Internet, de los teléfonos portátiles y de otras formas de comunicación, las personas están obteniendo cotas de poder e influencia que el Estado y las instituciones habían acaparado para sí durante siglos.

La World Wide Web; la Red, es el resultado de una revolución más profunda que nació con la digitalización, el mayor cambio tecnológico experimentado por la humanidad desde la invención de la imprenta, cuyo principal fruto es la posibilidad de generar un intercambio mundial de información a bajo costo y prácticamente en tiempo récord.

En la actualidad no hay que salir de casa para hacer transacciones bancarias, pagos de impuestos, de seguros, de servicios, comprar libros u otros objetos, realizar una maestría, defender una tesis, etc., pues todo ello se puede hacer vía Internet.

Según Javier Cremades, quien en el 2007 escribió un libro al respecto, el “Micro-poder”, es la potestad individual de manifestar la propia opinión y decidir como consumidor, estudiante, votante, accionista, asociado, etc. Este poder individual ha sido infravalorado por el poder institucional a través de la historia, pero gracias a las comunicaciones electrónicas, en la actualidad, ese micro-poder es más relevante que nunca pues el pequeño poder individual si se agrega a otros puede llegar a ser muy fuerte.

Lo que hace que las nuevas tecnologías sean un “poder”, es la facilidad de comunicación que representan, la forma fácil de realizar sondeos, protestas, adhesiones a muchas causas e incluso se han planeado grandes manifestaciones de protesta enviando mensajes para reunirse en tal parque o lugar determinado.

Nada de esto hubiera sido posible sin la inversión, la producción y la financiación del capitalismo que ha hecho posible la mejora y el desarrollo indiscutible de la calidad de vida en el mundo.

Los ciudadanos hoy podemos expresar nuestro acuerdo o rechazo a las políticas nacionales o internacionales, nuestra alegría o indisposición por un suceso, nuestros conceptos sobre los más variados asuntos y si hay tiempo o disposición, en la misma red podemos encontrar millones de fuentes de conocimientos e información.

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