El muro de Berlín

El 1 de septiembre de 1939, Alemania invadió a Polonia, desató la II Guerra Mundial y sembró la semilla de la división; la cual tomó forma en 1945 cuando, en la Conferencia de Potsdam, las tropas aliadas se repartieron los restos de la Alemania nazi. En este entorno post-bélico la URSS comenzó a diseminar el socialismo en los gobiernos de Europa Oriental.

Pronto la tensión entre el capitalismo y el socialismo se hizo tangible en Berlín: los soviéticos establecieron un sistema socialista en sus zonas, y EEUU, Francia y Reino Unido unificaron las suyas creando la República Federal de Alemania el 23 de mayo de 1949. El 7 de octubre nació la RDA; Alemania quedó partida en dos. Lo malo es que también dividieron a la capital.

A pesar de que las fronteras entre Berlín Este y Oeste estaban vigiladas, cerca de tres millones de personas huyeron en busca de un futuro mejor entre 1949 y 1961. El Muro se levantó supuestamente para evitar esa “peregrinación”.

En plena guerra fría, el plan se mantuvo en el más estricto secreto hasta que, en la noche del 12 de agosto de 1961, comenzó la construcción. Ese asunto puso al mundo en tensión, hubo el miedo que empezara una nueva guerra. La división del territorio alemán y la vergonzosa construcción del muro, restringieron el derecho de los alemanes a vivir unidos, en libertad y en democracia.

En 1985 el ascenso al liderazgo de la URSS de Mijaíl Gorbachov, precursor de la apertura soviética con su 'perestroika', devolvió al mundo una colaboración entre las grandes potencias que no se había visto desde 1945. Reagan y Gorbachov fueron los protagonistas de esta nueva frase histórica. El estadounidense, el 12 de junio de 1987 ante la Puerta de Brandeburgo y con el Muro a su espalda pronunció estas inolvidables palabras: «Secretario general Gorbachov, si usted realmente desea la prosperidad de la URSS y de Europa oriental, si quiere sinceramente la libertad, venga aquí, abra esta puerta». Hizo una pausa y, con las cámaras de todo el mundo enfocándole, añadió: «Señor Gorbachov, derribe este muro».

Pero el soviético no le podía hacer caso al presidente estadounidense pues él tenía sus propios proyectos. En agosto de 1989, Hungría eliminó sus restricciones fronterizas con Austria y en septiembre, más de 13.000 alemanes del este cruzaron la nueva brecha abierta en el Telón de Acero.

Honecker, primer mandatario, en esa época de la Alemania del Este, presionado por el del Politburó tuvo que renunciar; su sucesor, Egon Krenz, decidió permitir la libre circulación de personas hacia Berlín Occidental y lo anunció un funcionario suyo en una rueda de prensa que pasó directo a la Historia, el 9 de noviembre de 1989: «Los viajes privados al extranjero se pueden autorizar sin la presentación de un justificante, motivo de viaje o residencia. Las autorizaciones serán emitidas sin demora”.

El Muro estaba abierto. Todos los medios difundieron la noticia y miles de berlineses del Este se presentaron en los puestos de control exigiendo cruzar. Ni las tropas de fronteras ni los funcionarios estaban informados, así que fue la presión popular la que abrió la frontera. Ese día cayó el principal símbolo de la Guerra Fría; el muro del que los seres humanos deberíamos avergonzarnos.

Posteriormente Helmut Kohl, quien desempeñó el cargo de canciller de Alemania entre el 1 de octubre de 1982 y el 27 de octubre de 1998, fue el artífice de la reunificación alemana el 3 de octubre de 1990; una unión que no sólo fue política sino económica, social y monetaria.

"Alemania del Este estaba más o menos en ruinas cuando se produjo la unificación. Fue el pueblo quien derribó el Muro, pero la República Democrática en sí estaba a punto de caer por una desastrosa crisis económica de todas formas"; la UE ha invertido casi 48.000 millones de euros en las regiones de la antigua RDA desde 1991.

A pesar de las consecuencias funestas que trajo el muro de Berlín, los seres humanos somos duros para aprender lecciones que no nos toquen directamente y seguimos levantando muros de concreto como el de EU para que no pasen los latinoamericanos o el de los israelíes. También levantamos muros ideológicos para que no pasen los productos del país vecino aunque les falte a la población, pues supuestamente son “servidores del imperio”; o existen los países que creen que la carrera armamentista les dará más bienestar a sus gobernantes y anteponen el muro de la incomprensión antes que el de la conciliación.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

...Y Gorby derrubó el muro (de forma indirecta, pero lo hizo)
Te faltó algo. La influencia que tuvo un videoclic de la víspera, NIKITA de Elton Jonh. Reísalo por fa
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En Venezuela al gobierno se le olvidó que se cayó el muroi de Berlín (este es un gobierno que todavía vive en el Pleitoceno tardío) y está levantando un muro virtual con Colombia entre
táchira y el Norte de Santander

Luis dijo...

Hola Rud:
Ha caido un muro, el de Berlín, pero tristemente perduran muchos otros en diferentes países... Mientras los humanos seamos como somos habrá muros vergonzosos por doquier.
Que tengas un feliz fin de semana,
Luis

Unknown dijo...

Hola.

Me gustó este Blog

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Hasta pronto.

Rud dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Juan Yañez dijo...

Hola Rud, interesante artículo. Conocí el muro en 1973. Era apabullante y encerraba vergonzosamente a la población. De donde proviene esa aberración de someter caprichosamente a las personas. Que mente tan corrompida. Todavía hay en el mundo muchos de ellos. Algunos son difinitivamente descarados y otros lo hacen de a poco, como probando hasta donde pueden llegar. En ambos casos tarde o temprano saltan como corcho de champaña...Un abrazo...Juan