El carnaval de Barranquilla



Barranquilla es sin lugar a dudas una ciudad privilegiada: es puerto fluvial y marítimo a la vez. Goza de la agradable brisa del río Magdalena y el maravilloso encanto del mar Caribe.

Quien desee deleitarse con algo diferente en la época de carnaval, debe reservar con tiempo los pasajes y el alojamiento, pues la situación geográfica privilegiada de la que goza esa bella urbe, le permite atraer turistas de todo el orbe, especialmente del Caribe. Hay que llenar el espíritu de miles de expectativas y estar dispuesto a dejar atrás cualquier preocupación.

Estas celebraciones carnavalescas, fueron introducidas por los españoles en la América Hispana. Por ser el más tradicional, alegre, festivo y cumbiambero, el Carnaval de Barranquilla, el 7 de noviembre del 2003, en París, fue declarado “Patrimonio de la Humanidad” por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)

"El programa de Obras Maestras del Patrimonio Oral e Inmaterial de la UNESCO tiene como objetivo sensibilizar a la opinión pública para que se reconozca el valor de cada patrimonio y alentar a los gobiernos a tomar medidas jurídicas y administrativas para salvaguardarlo".

La declaración de la UNESCO destaca las formas tradicionales (como ya dije) y populares de expresión, que surgen de un crisol de influencias africanas, indígenas y europeas: la danza, la música, los rituales y la mitología de esta hermosa fiesta.

Se pone énfasis en su carácter excepcional, el arraigamiento dentro de la tradición cultural, la fuente de inspiración e intercambio cultural y las habilidades y cualidades técnicas mostradas por los participantes de estos carnavales.

Esas manifestaciones mantienen viva la tradición popular y son una expresión genuina y espectacular del folklore del país. La proclamación de la UNESCO da especial trascendencia a las danzas, especialmente el reconocimiento a quince danzas ancestrales que integran el Carnaval, la tradición oral, la música, los lenguajes, las festividades, la medicina tradicional, las artes culinarias y los trajes típicos del encantador carnaval barranquillero.

En estos festejos anuales, durante los cuatro días que preceden a la Cuaresma, reúnen en el Carnaval de Barranquilla las distintas tradiciones culturales de la ciudad. Este colage de culturas se demuestra en los bailes llamados: micos y micas de América, el congo africano, el paloteo, de origen español, otros géneros musicales como la cumbia, el porro, la puya; y los instrumentos musicales: maracas, claves, alegre y tambora.

La música del carnaval es ejecutada con tambores o instrumentos de viento. Las artesanías están presentes en los sombreros adornados, las flautas, los trajes, y las máscaras de animales.

Luego de saber todo esto, me pareció extraño que un empresario residente en Barranquilla haya contratado a un cantante mexicano como una de las alternativas del carnaval. Sé que ello causó polémica y es natural.

Nada tengo contra los rancheros, son muy respetables los gustos de cada quien, pero sin ser barranquillera, he sentido como que han profanado al carnaval.

Ha fracasado la lucha contra el narcotráfico II


He conversado sobre el asunto con muchas personas, la mayoría insiste en la despenalización del consumo y del tráfico. Veamos algo de historia de un producto similar: el alcohol, que como se sabe es un deprimente del sistema nervioso central, y en exceso podría significar el mismo efecto que el del abuso de barbitúricos.

Hace muchos años que era prohibida la venta de bebidas alcohólicas, al menos para la gente común, pues el Estado poseía los llamados estancos en los que vendían dichos productos. Posteriormente, en Colombia, la venta de todo tipo de alcohol nacional se ha llamado “rentas departamentales” y la policía cuida que no se lleve licor de un Departamento a otro.

La comercialización de licores extranjeros está gravada con altos aranceles. En su momento hubo muchas detenciones y se hablaba de contrabando del producto, a no ser que haya habido acuerdos previos con los encargados de la Gobernación.

El alcohol hace tanto daño como cualquier otra droga; es consumido por la mayor parte de la población, como consecuencia de ello los males del hígado son enormes, pero quien quiere lo consume. Colombia es uno de los países latinoamericanos que encabeza las cifras de consumo de alcohol, 94.3% de los encuestados colombianos ha consumido bebidas alcohólicas alguna vez en su vida de acuerdo con un estudio de Public Library of Science avalado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La prohibición del alcohol tuvo mayor alcance a lo largo del siglo XIX, algunos países europeos empezaron a manifestar su preocupación por las consecuencias del su consumo, y surgieron las primeras sociedades prohibicionistas.

Volviendo a las drogas, me pregunto qué derecho tiene el Estado para decirle a la población qué debe o no consumir. Existen medicamentos que curan enfermedades, pero también hay productos que afectan enormemente la salud. Sin embargo es cada individuo quien debe decidir.

La criminalización del consumo de estupefacientes ha hecho que se inicie el juego del gato y del ratón, entre los traficantes y las autoridades.

Las prohibiciones de la comercialización tanto de alcohol en el pasado, como de los estupefacientes en la actualidad se derivan de la política nacional e internacional de restricciones. Ello ha supuesto el control y persecución de la producción, comercialización y consumo de las drogas llamadas psicoactivas; exceptuando aquellas que como el tabaco y el alcohol llevan ya una larga trayectoria de aceptación.

Los Estados Unidos han utilizado tanto la persuasión como la coacción para extender ese prohibicionismo a prácticamente todo el planeta, y así ha quedado consagrado en las convenciones multinacionales de 1961, 1972 y 1988.

Dicha nación se ha atrevido a calificar o descalificar los diferentes países, que según ellos crean que hayan luchado más o menos por la reducción del tráfico de drogas prohibidas.

¿Qué país se atrevería a descalificar a los Estados Unidos por ser ellos los principales consumidores del producto interdicto?

Si la lucha contra el narcotráfico ha fracasado es porque la demanda crece día a día y al ser prohibida su exportación e importación, su trasporte es clandestino e ilegal, ello les genera a esas personas enormes ganancias en la comercialización.

¿No se le ocurrirá, algún día al Estado poner esos productos como rentas estatales?

Ha fracasado la lucha contra el narcotráfico I



En estos días se han reunido algunos personajes latinoamericanas en Río de Janeiro para analizar si la lucha contra las drogas ha tenido éxito o no. El documento final fue firmado por los ex presidentes latinoamericanos Fernando Enrique Cardoso, de Brasil; Ernesto Zedillo, de México y César Gaviria, de Colombia. También por las siguientes personalidades: Paolo Coelho, de Brasil; Enrique Santos, presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa; Mario Vargas Llosa, de Perú; Sergio Ramírez, de Nicaragua; Moisés Naim y Tomas Eloy Martínez.

En verdad que reunirse para llegar a una conclusión tan obvia me parece vergonzoso, pues hace mucho tiempo que todos nos hemos dado cuenta que aunque se hayan gastado un número incalculable de dinero, en la prevención y persecución de los proveedores, el consumo sigue.

¿Hasta cuándo vamos a repetir los colombianos que mientras existan usuarios, seguirá no sólo la producción sino también el tráfico y todos los problemas que ello conlleva?

Los notables reunidos en Río han dicho que ha fracasado la lucha contra las drogas, pues no parecen un grupo de intelectuales sino de despistados; hace muchísimos años que el consumo, no sólo se ha mantenido, sino año a año aumenta peligrosamente sin que ninguna campaña haya logrado erradicarlo.

Pienso que dicha reunión ha sido otra pérdida de tiempo como tantas que hacen los presidentes y un montón de gente para viajar, conversar amigablemente y comer sabroso a costa de los impuestos que pagamos todos los ciudadanos.

Las propuestas alternativas que formulan los “amigos” de Río son:

* Tratar el consumo como un asunto de salud pública

* Reducir el consumo mediante acciones de información y prevención

* Focalizar la represión sobre el crimen organizado

Si se llegara a tratar el consumo de drogas como un asunto de salud pública querría decir que ya estaría permitido su uso indiscriminado y ya no sería una cuestión de orden público.

El segundo punto es lo que hemos estado haciendo durante mucho tiempo. Las campañas masivas con gastos enormes han quedado en el piso cuando en los mismos colegios en muchas ocasiones se encuentran inescrupulosos que les brindan ciertos productos a los adolescentes; además las revistas y noticieros especializados enaltecen a tal cantante o actor cuyo pan de cada día es la droga; no se dan cuenta que ese tipo de noticia hace daño a los jóvenes.

Y la represión también se ha hecho, pero cuando el negocio es tan lucrativo es muy difícil de cortar de raíz.

Otros pensamientos al respecto en la próxima.

Ejecutivas y amas de casa


Desde que las mujeres comenzaron a trabajar, el mundo de la moda y de las relaciones interpersonales dio un giro de 180°: la ropa, las medias de nylon, los zapatos y accesorios fueron hechos pensando en el nuevo rol femenino y los hombres tendrían un lenguaje más moderado por respeto a las damas presentes.

Pero no me voy a detener en la infinidad de situaciones que se presentan día a día en las empresas, sino en lo que sucede en los hogares de muchas de las señoras trabajadoras.

Cuando la empleada es de clase media o baja, después de un día de ardua labor en su trabajo, regresa a casa a realizar las labores domésticas que no logró dejar terminadas en la mañana, qué digo; en la madrugada:

Desde arreglar ropa, cocinar y ordenar, hasta atender las necesidades de atención que requieran los niños, ayudarles a resolver problemas personales y escolares, observar con ellos algún programa televisivo o acompañarlos a un lugar en donde presten servicio de Internet pues muchas veces dejan ese tipo de investigación en el Colegio a chicos que ni siquiera saben en verdad para qué sirve un ordenador.

Las señoras trabajadoras de esos estratos sociales se duermen al filo de la media noche después de “atender” a su pareja y se levantan a las cuatro o cinco de la madrugada para empezar su largo día. A pesar de todo, según he investigado, la mayoría de ellas son felices pues se sienten útiles, queridas y admiradas. “¡A fulanita le alcanza el tiempo para todo!”

Las mujeres trabajadoras de los estratos altos, se levantan, por lo general malhumoradas después de ducharse se maquillan, se visten elegantemente, apenas prueban el desayuno, si sus hijos no van en el bus escolar ellas mismas lo llevan al colegio, llegan al trabajo muy estiradas, saludan con diferentes tonos de acuerdo a su interlocutor, están siempre supuestamente muy ocupadas, sin embargo jamás olvidan la cita en el Spa, en la peluquería o en el restaurante de moda.

Las ejecutivas no regresan a su vivienda a seguir trabajando pues sus ingresos les permite pagar empleadas para que se ocupen de todo lo del hogar, incluso de los niños. Sus horarios de dormida dependen de los compromisos sociales que tengan y de la buena o mala relación que tengan con su pareja… he ahí el tema álgido del asunto.

Sí, el 90% de las mujeres ejecutivas se sienten en las nubes y descuidan a su pareja o lo que es peor, muchas de ellas humillan al marido que tenga un salario más bajo que ellas.

Parecería que el mundo estuviera al revés. Ni el hombre debe sentirse superior a su pareja por tener mayores ingresos que ella, ni la mujer puede llegar a semejante extremo por la misma razón.

Conozco a un montón de esas “ejecutivasque han perdido su pareja, él se ha ido con alguien más accesible, más cariñosa y que él ha sentido que lo necesita.

En esta época de tanto consumismo es saludable que las mujeres aportemos lo que podamos a la economía doméstica, pues el matrimonio es un contrato en el cual se adquieren derechos y obligaciones recíprocas.

No interesa quien lleve más al hogar, lo importante es que ambos piensen en la armonía o en el daño enorme que se les hace a los hijos con ciertos comportamientos absurdos.