La imitación I

Imitar es hacer o tratar de realizar algo parecido a lo que otro ha hecho. En su sentido social y antropológico, sería reproducir una conducta ajena. Hace mucho tiempo, las teorías de adaptación del darwinismo anotaron ya la hipótesis de que buena parte de la conducta personal podría estar socialmente condicionada, esto es que las actitudes, tendencias, creencias y reacciones emotivas de los individuos son el resultado social de la primera infancia y de la niñez.

Todos hemos imitado el lenguaje, la actitud, los modelos de comportamiento y las maneras de pensar de nuestros padres, desde el nacimiento hasta que poco a poco hemos comenzado a forjar nuestra personalidad y a tener nuestra propia visión del mundo; es cuando empezamos a imprimir en nuestro comportamiento un sello más personal.

En opinión de algunos sociólogos, en especial del francés Gabriel Tarde (1843-1904), los fenómenos de imitación consciente o inconsciente, desempeñan un papel muy importante en el desarrollo mental y social de los individuos. La imitación, al producirse en todos los niveles de la personalidad, explicaría cómo los hechos síquicos pasan del plano individual al plano interindividual.

Ahora bien, no sólo existe la imitación individual sino también la colectiva, que puede darse cuando un conglomerado sigue las tendencias, comportamientos y ciertas conductas de sus líderes convirtiéndolos en hábitos generales; de esta manera se extienden, consolidan y se establecen los valores de una sociedad determinada.

Pero no siempre todos los individuos abandonan la tendencia de la imitación al crecer. Muchos se dejan influenciar por el comportamiento de otros de tal manera que se someten a modelos de conducta externa, sin discernimiento, sin algún sentido crítico. Creo que la tendencia a la imitación en tales casos, es inversamente proporcional a la autonomía e inteligencia de los seres humanos. Y no se trata de la copia momentánea de un comportamiento, sino la imitación del comportamiento ajeno.

Cuando se habla de imitación, inmediatamente pensamos en plagio, copia o una acción no del todo lícita; eso sirve para discernirlo otro día, hoy nos quedamos en que la imitación es un importante factor de sociabilidad dentro de un grupo que puede imprimirles un sello de identificación.

3 comentarios:

Luis dijo...

Hola Rud:
Si, imitamos lo que vemos, ya desde muy pequeños. Es una forma de aprender, copiar de quienes tenemos alrededor. Lo que ocurre es que si este aprendizaje no se selecciona o se educa, cojemos habitos también negativos, como por ejemplo el fumar y otros vicios.
En los animales la imitación puede confundirse con el instinto...
Que tengas un feliz fin de semana,
Luis

esteban lob dijo...

Hola Rud:

Lo ideal es adoptar lo bueno de imitar, incluso profesionalmente, pero aportando nuestra propia personalidad. En caso contrario seremos una mala copia.

Un beso.

Rud dijo...

Hola, Luis, en verdad que si no tenemos cuidado con lo que imitan nuestros niños, podrían irse por el camino equivocado. Creo que existe una línea imaginaria entre aquello conveniente que podamos imitar y el total olvido de manejar las circunstancias de acuerdo con nuestro cerebro.
Hola, Esteban, tienes razón: copiar lo bueno que veamos pero poniéndole nuestro sello personal.
Cordiales saludos a los dos