La sabiduría de la naturaleza

Ha sido una hermosa experiencia convertirme en guardiana del nido de colibríes. Me ha maravillado la sabiduría de la naturaleza. Los polluelos no emiten sonido alguno, al comienzo sólo se veía a la mama colibrí, luego comenzaron a asomarse dos piquitos, poco a poco se vieron las cabecitas siempres listas para alimentarse.


Este es el tipo de flor que les encanta, en este y en otros ubicados atrás de la casa, la mama colibrí se alimentaba muy rápidamente para seguir cuidando a sus críos.



Esta clase de flores gusta más a las abejas, pero al econtrarse cercanas al nido, podían servir para una urgencia alimenticia.



Las rosas no son, de manera alguna, ansiadas por los colibríes, pero desde este rosal, la mama colibrí marcaba su territorio y vigilaba a su prole. Me fue imposible registrar la manera tenaz con la que enfrentaba a algunas aves muchos más grandes que ella.



Esta es la primera foto que me atreví a tomar, pues la mama colibrí se ponía extremadamente nerviosa con nuestra cercanía. Aquí ya hacía una semana que ella había dejado el nido solo para sus hijitos. Los polluelos en un comienzo son pequeñísimos, ciegos y sin plumas. Luego aparece paulatinamente el plumaje algo mimetizado con el nido para protegerse de posibles predadores. Al verme se quedaban como que fuesen un par de esculturas.



Ignoro si será una estrategia de la mama colibrí, pero siempre hubo un polluelo más grande que el otro, el cual fue el primero en dejar el nido. Dos días después, el pasado lunes 28, el pequeño de la foto emprendió su primer vuelo hacie el ficus cercano.
Sí, en este ficus, el cual está más frondoso actualmente, efectúan un vuelo corto los críos; hoy le he visto a uno de ellos y aún no logra realizar el famoso vuelo que les deja suspendidos en el aire para beber el néctar de las flores.
Casi nunca escribo sobre situaciones personales, pero francamente que esto es lo más maravilloso que me ha sucedido en este año.

8 comentarios:

Genín dijo...

Ya veo que has seguido paso a paso el acontecimiento de la familia colibrí, y no es para menos, todo un acontecimiento!.
Me ha sorprendido lo grandes que son esos, claro que parece ser que van desde los 5 a los 15 cm.
Me encantan!
Que los sigas disfrutando!
Besos y salud

Anónimo dijo...

Con crónicas como estas, la consideración de que si es o no personal queda deshechada totalmente.
Una pregunta ¿El ficus no es el mismo matapalo?

esteban lob dijo...

Rud:
Qué maravilla para ti...y para la familia colibrí, que se puede desarrollar tan protegida.
Cuando alguno de sus miembros se enferme, no tengo dudas que también los apoyarás.¿Habrá veterinarios especializados en colibríes?
(Es una broma. No tengo dudas que ustedes serán los mejores doctores de esas afortunadas avecillas).

Un beso.

tia elsa dijo...

No me cabe duda Rut, es realmente emocionante verlo asi tan cerca y poder ir viendo el crecimiento de los pulluelos, cuanto se aprende de la madre naturaleza. Besos y gracias por compartirlo, tía Elsa.

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Hola, Rud:

Qué bonito y maravilloso acontecimiento.

Desde enero hasta a diciembre
pasa el año y se termina,
pero mi vida es alegre
pues tu amistad la ilumina.

Un abrazo.

Ricardo Tribin dijo...

Rud, hoy si se te fue la mano en belleza.

Que inspiracion.

Un abrazo para ti, magnifica compatriota.

Rud dijo...

Hola, Genin
En verdad saqué lugar para tratar de aprovechar ese regalo de la naturaleza.
El tamaño de los polluelos era muy pequeño, sucede que al tomar la foto con el zoom pareciera que agranda la imagen al acercarla.
Cordiales saludos, un abrazo


Alí,
No sé cuál será el "matapalos", he visto el nombre de ficus en algunos libros y corresponde a la última foto: un arbusto frondoso de un color verde bellísimo.
Un abrazo


Muchas gracias mi estimado Esteban.
Me ha dado ternura imaginar un veterinario experto en colibríes.
Un abrazo


Estimada tía Elsa
Ha sido una experiencia realmente maravillosa
Cordiales saludos


¡Oh, mi estimado Rafael!
Tu inspiración en verdad es divina.
Muchísimas gracias por tus hermosas palabras.
Un abrazo y saludos cordiales


Muchísimas gracias, mi estimado Ricardo; todo eso ha sido para mí una bendición.
Cordiales saludos, un abrazo

David Cotos dijo...

Son fascinantes los colores de los colibris, y tienen un estilo de vuelo tan romántico.