Felices fiestas




Estimados amigos, no sé escribir frases poéticas, sólo quiero agradeceros por estos años en los cuales, cada uno me ha sorprendido y enriquecido enormemente con sus comentarios.



He anhelado enviaros un regalo especial, pero me di cuenta que no podía envolver los abrazos y el cariño que ha nacido poco a poco en estos años.
¡Felices fiestas y que el 2016, sea sencillamente maravilloso!

La defensa de la fe




 En plena edad media, los jerarcas de la cristiandad sientieron que sus prédicas perdían peso y decidieron perseguir a todos aquellos que no estuviesen de acuerdo con sus doctrinas. Primeramente emprendieron las cruzadas de lucha armada en contra de aquellos habitantes del Oriente Medio a quienes llamaron infieles; luego la inquisición.

¿Qué fueron las cruzadas?

Las cruzadas fueron una serie de campañas militares impulsadas por la cúpula del cristianismo, llevadas a cabo por gran parte de la Europa latina, principalmente, por Francia y el Sacro Imperio Romano. Según Jean Comby, autor de “Para leer La Historia de la iglesia”, la razón fue “luchar contra el enemigo común, el Islam, que ocupaba los lugares donde nació Cristo y amenazaba a los cristianos de oriente”. Se fundaron  varios estados feudales cristianos, entre ellos el reino de Jerusalén, los cuales poco a poco desaparecieron a pesar de haber órdenes religiosas militares para defenderlos: Los Templarios y los Hospitalarios.
Cabe recalcar que, según el mismo autor, se afirmaba que los guerreros muertos en la lucha contra los “infieles” tenían asegurada su salvación. Parecido a lo que en estos días dice otro grupo, ¿verdad?


¿Qué fue la inquisición?
La inquisición fue una especie de institución judicial creada por el pontificado en la edad media, con la misión de localizar, procesar y sentenciar a las personas supuestamente culpables de herejía. Al ser reconocido el cristianismo como religión estatal en el siglo IV por los emperadores romanos, los herejes empezaron a ser considerados enemigos del Estado. Pero la Inquisición en sí no se constituyó hasta 1231, con los estatutos Excommunicamus del papa Gregorio IX. El cargo de inquisidor fue confiado casi exclusivamente a los franciscanos y a los dominicos, algunos de ellos fueron acusados de crueldad y de otros abusos.


En 1252 el papa Inocencio IV, autorizó la práctica de la tortura para extraer la verdad de los sospechosos. Primeramente persiguieron a supuestos herejes albigenses, en menor grado a los valdenses, posteriormente a otros grupos heterodoxos  y más tarde a los llamados brujas y adivinos.

El papa Pablo IV en 1555 emprendió una persecución activa de sospechosos, incluidos obispos y cardenales. Encargó a la Congregación llamada Santo Oficio que elaborara una lista de libros que atentaran contra la fe o la moral, y aprobó y publicó el primer Índice de Libros Prohibidos en 1559. Procesó y condenó a Galileo en 1633.  
                                                
Inquisición española:


Se fundó con aprobación papal en 1478, propuesta por el rey Fernando V y la reina Isabel I. Se ocupó del “problema” de los judíos, miembros del Islam y, posteriormente, de quienes apoyasen las tesis protestantes. Su persecución fue realmente inhumana. Ella se convirtió en un instrumento en manos del Estado más que de la Iglesia, aunque los eclesiásticos, y de forma destacada los dominicos, actuaran siempre como sus funcionarios.

Crueldad y oscurantismo, eran sus mejores cualidades, tuvo más impacto en la religión, la política y la cultura que las instituciones paralelas de otros países. Esta eficacia y el apoyo político permitieron a Tomás de Torquemada, el primero y más notable ruin inquisidor, ejecutar por miles a supuestos herejes.

El inquisidor y su tribunal tenían jurisdicción sobre los Tribunales. Los judíos fueron expulsados en 1492. Una de las consecuencias de esa diáspora fueron las colonias que crearon en distintas partes del mundo los expatriados, llamados sefardíes o sefarditas por la palabra Sefarad, como denominaban a España. La Inquisición quedó al fin suprimida en España en 1843.

 La venganza de la historia




Parafraseando a Hermann Tertsch, y como el ser humano repite constantemente los mismos errores, en este momento de la historia de la humanidad nos ha llegado la venganza de los descendientes de quienes sufrieron persecuciones. En el siglo XIX surgió el salafismo, movimiento islámico reformista, el cual defiende un retorno purista a las ideas del Corán y la sunna.
Invocando a Nur al-Din quien fuera despiadado en su defensa del Islam y junto con su protegido Saladino lograron vencer a los cruzados de Ricardo Corazón de León; Al Zarqaui, formó el grupo terrorista AQI. El 15 de octubre 2006, apenas cuatro meses más tarde de su designación por la Shura, Muharib al-Juburi, portavoz de Al-Masri (egipcio), anunciaba en un vídeo de nueve minutos la transformación de AQI y el resto del grupo que la conformaban, proclamando oficialmente el nacimiento del Estado Islámico de Irak (Dawlat al-'Iraq al-Islamiyya), y se anunciaba el nombre de su nuevo líder: Abu Bark al-Bahdadi, quien ha utilizado el denominativo de "príncipe de los fieles" (título reservado a los califas); se dirigía a la Umma, esto es, la comunidad global de los musulmanes; también anunciaba sus planes de crear y expandir el Estado Islámico con el objetivo de hacerlo presente de China a España. De ahí en adelante son bien conocidos sus movimientos: no solo desean adoctrinar a occidente, sino que también persigue a los islamistas que no piensen y actúen como ellos.

 
El IS irrumpiró en las cárceles para liberar a yihadistas para que éstos pasaran a engrosar sus filas. En 2012 fueron cuatro prisiones, incluida la de Tikrit. Lo más increíble, la liberación de cientos de reclusos en la cárcel de Abu Ghraib, en julio de 2013.  Incrementó la tensión entre Bagdad y los kurdos, aumentó la tensión civil con artefactos explosivos. El último objetivo era aterrorizar a la población chií; a finales de 2013, el IS era responsable de casi 1.000 víctimas mensuales.
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Fuentes:
Jean Comby, “Para leer historia de la iglesia”, tomo I, De los orígenes al siglo XV, editorial Verbo Divino, Navarra, España, 1991



El fundamentalismo religioso ha hecho daño siempre. Cuando la religión se arroga el monopolio de la moral y del libre pensamiento, surgen graves problemas.
Pase lo que pase, no debemos dejar de buscarle un sentido a la vida y atrevernos a soñar con un futuro sin radicalismos y  sin violencia