Joan Margarit


El lunes 21 de diciembre del 2020, los Reyes de España, por sorpresa, viajaron a Barcelona para entregar a Joan Margarit el Premio Cervantes 2019, el cual no pudo recibir el pasado mes de abril debido a las restricciones impuestas por el coronavirus.

El Rey Felipe VI acompañado por la Reina y por el Ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes presidió, en esa fecha, un “acto privado” en el palacete Albéniz de Barcelona, donde fue entregado el galardón al poeta catalán.

Pero, ¿quién es Joan Margarit?

Nació en Sanahuja, Lleida, 11 de mayo de 1938- Sant Just Desvern. Es un arquitecto y catedrático jubilado de Cálculo de Estructuras de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona. Escritor y poeta catalán quien ha puesto de luto la cultura al fallecer a los 82 años, el martes 16 de febrero de este año debido a un cáncer diagnosticado hace menos de un año.

En el 2019 fue galardonado con el premio Cervantes, que reconocía así su poesía bilingüe. Joan Margarit escribió sus primeros libros en castellano, pero el grueso de su obra fue escrito originalmente en catalán y simultáneamente traducido por él mismo al castellano. En ese mismo año recibió el premio Reina Sofía de Literatura Iberoamericana. Entre los múltiple premios locales, le otorgaron dos veces el Premio de la Crítica Serra d’Or.


 A nivel internacional, en 2017 obtuvo el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda, por la calidad de su poesía y la fuerza lírica de su lengua catalana; galardón que se ha consolidado como un referente entre los premios literarios iberoamericanos.  En 2013 recibió el Premio Poetas del mundo latino de México, con el poeta mexicano José Emilio Pacheco Berny

Sus poesías lo describen mejor que yo:

Faros en la noche

Intento seducirte en el pasado.

Las manos al volante y esta luz

de club nocturno del tablier me dejan

-fantasía invernal- bailar contigo.

Detrás de mí, igual que un gran camión,

el mañana hace ráfagas de luces.

No lo conduce nadie y me adelanta,

pero ahora tú y yo viajamos juntos

y el coche puede ser el dos caballos

de los años sesenta hacia París.

"Je ne regrette rien", canta Edith Piaf.

Bajo la ventanilla, entra la noche

fría de la autopista, y el pasado

se aproxima de cara, velozmente:

cruza y me ciega sin bajar las luces.

 

Libertad de expresión

 
 

¿Qué es la libertad de expresión?

Se trata de uno de los derechos fundamentales. Todo ser humano debería gozarlo para enunciar libremente sus opiniones, comunicarlas, publicarlas y que sean respetadas. La libre expresión es un principio indispensable de las sociedades democráticas. La falta de este derecho es propia de los regímenes totalitarios o dictaduras en las cuales se prohíbe la difusión de diferentes puntos de vista bajo cualquier forma.

La Ley nos protege cuando manifestamos ideas, opiniones, ideologías, creencias o expresamos nuestros pensamientos a través de cualquier medio sin hacerles daño a otras personas.

El concepto de derechos humanos es universal e igualitario, así como incompatible con los sistemas basados en la superioridad de una casta, etnia, pueblo, grupo o clase social determinados.

Este derecho conlleva responsabilidades, deberes, compromisos, y está sujeto a restricciones a fin de respetar tanto los derechos o la reputación de otros, como el orden, la salud y la moral pública.

Se trata de libertad, ¿por qué tiene límites?

Porque todo derecho conlleva un compromiso, debemos respetar el derecho al honor, a la imagen; a la protección de la infancia, cumplir con la Ley…

En el artículo 19 de la Declaración universal de derechos Humanos establece literalmente que:

“Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.

Sin libertad de expresión, no habría participación de los miembros de la sociedad en la toma de decisiones políticas y por tanto no podríamos estar hablando de democracia.

Según John Stuart Mill, el único propósito por el cual el Poder puede, con pleno derecho, ser ejercido sobre un miembro de una comunidad civilizada contra su voluntad, es evitar daños a otros.

Es decir que, la libertad de expresión es un derecho como tal, siempre y cuando no resulte un “principio de daño” o “principio de delito” para otros, porque estaría convirtiéndose en un acto punible. Para estos casos, existen sanciones legales y la desaprobación social, como medidas para contrarrestar el daño ocasionado; pues…

No hay libertad sin apego al imperio de la Ley, porque el Derecho es consustancial a la libertad.