Podar los árboles

Una actividad muy importante que se realiza con frecuencia para darle forma o vitalidad a los árboles es la poda pues ella puede estimular la producción de frutos, que se tornen más frondosos o simplemente embellecerlos con brotes nuevos y de paso darle un aire diferente al jardín.­

Cuando se tiene la dicha de vivir en una casa con suficiente terreno para, además de plantas ornamentales, poder sembrar algunos árboles, es preciso cuidarlos y si alguno no desea que crezcan demasiado es preciso podarlos año a año para que su desarrollo sea arbustivo, de esa manera no se molesten los vecinos porque les llegan sus hojas y además cuando sean adultos necesitarán poca poda correctiva.

No es justo ni con los árboles, ni con la persona que los ha cuidado para que crezcan poco a poco en busca de la bóveda celeste, que un buen día, sin tener en cuenta la época del año, a alguien se le ocurra mandar a aserrar sus ramas indiscriminadamente, e incluso el tronco, con la presunción que se recuperarán tan pronto vengan las lluvias.

La poda sin preparación, es una terrible agresión a los árboles, por lo menos si se realiza sin tener en cuenta:
¿Cuándo? ¿Por qué podar? ¿Cómo? ¿Qué partes podar sin herir demasiado? ¿Con qué puedo cubrir las heridas de la corteza para reducir el riesgo de enfermedades transmisibles y evitar la pérdida excesiva de savia?

Hay que procurar podar los árboles haciéndoles cortes de acuerdo con las técnicas para ese fin, de lo contrario se pueden arruinar. Debemos hacer todo lo posible por sembrar muchos árboles y proteger los que ya existen.

No hay que olvidar que ellos producen oxígeno, atenúan el viento, regulan la humedad ambiental, refrescan el aire circundante, retienen partículas sólidas como el polvo, evitan la erosión, ayudan a disminuir ruidos, nos dan sombra, impiden la evaporación de los ríos, constituyen el más hermoso de los adornos y en ellos anidan los multicolores, inquietos y alegres pajarillos.