Explotación de las niñas.

 


La explotación a las niñas, es algo que ha sido denunciado, incluso en obras literarias famosas, como “Los Miserables” del francés Víctor Hugo, la cual fue publicada en 1862. Ella, nos pone frente a la tragedia y la miseria humana, de igual manera, muestra a la grandeza de ser misericordioso; el poder del amor y lucha por la justicia.

 

Fantine, una madre soltera, para poder trabajar, dejó a su hija Cosette, al cuidado de la familia de Thenardier, quienes la maltrataban y la esclavizaban, a pesar de que su madre les enviaba una mensualidad…

 

 

 

 

 Esa crueldad, del siglo XIX; aún 


persiste en el actual siglo XXI. El maltrato no ha parado, incluso los mismos padres de familia, dejan de enviar a sus hijas a estudiar, para que se queden en casa realizando labores domésticas.

 

 

 


 

En muchos lugares del mundo, ven muy natural que las niñas “ayuden” en la crianza de sus hermanos menores. Sus madres salen a buscar el sustento, se van tranquilas porque a cargo queda la hija mayor, a veces desde la más tierna infancia, deben atender y solucionar las necesidades del hogar.

 

 

Por lo general, las niñas son explotadas 


en sus propios hogares, privándolas de su niñez, su potencial y su dignidad; algo que resulta muy perjudicial para su desarrollo psicosomático e intelectual, pues no las envían a la Escuela, las obligan a trabajar todo el tiempo y, cuando faltan recursos económicos, las llevan donde familias adineradas para que trabajen por un salario muy inferior al legal.


Todo eso, no solo es peligroso para las pequeñas, sino perjudicial puesto que desde muy niñas se han visto excluidas, no solo de la sociedad, en general, sino también en su propio hogar, donde casi nunca les imponen obligaciones a los hijos varones. Además, les han quitado el derecho a su formación personal y académica que las aleja de espacios de socialización con otros niños.



Por desgracia, estas niñas, también son abusadas en muchas ocasiones por varones de la familia, también, por los hombres de los hogares donde son sometidas y obligadas a trabajar por nada; ellas no van a encontrar a un Jean Valjean, para que las rescate, como sucedió con Cosette, pero este será tema para un próximo capítulo.