El 5 de mayo del año pasado escribí acerca de las expectativas que tenemos las madres cuando esperamos el dichoso nacimiento de un hijo pues él trae consigo la luz de la esperanza. Si es maravillosa la espera y su advenimiento, es mucho más grande y fascinante el cúmulo de alegrías que día a día nos da nuestro retoño y la dicha de verlo crecer poco a poco rumbo a su autosuficiencia.
Y si ya ha crecido lo suficiente, física e intelectualmente, es muy gratificante y enriquecedora la relación con él, con su basta cultura, pues detrás de cada palabra suya o de cada expresión podemos hallar un fantástico mundo de oportunidades de aprendizaje y de actualización que nos conduce a fortalecer nuestras neuronas cerebrales y mantener la frescura del conocimiento actual.
Si la vida de un hombre se representa como un grano de arena perdido en el universo ¿Cómo he de representar la sempiterna existencia de un hijo que ha venido a llenarme de felicidad y tanta gente le recuerda con cariño que no es una casualidad?
¡Feliz cumpleaños, mi muchacho! Eres la consecuencia de un sueño vivido, tu sonrisa la llevo siempre conmigo y flotará perennemente en las aguas del tiempo. Esta noche veré una estrella fugaz por ti.
Gracias por la magia vivida todos estos años. Nunca olvides que has recibido como herencia la conciencia del asombro.
Meinen Glückwunsch zum Geburtstag.
1 comentarios:
Gracias a ti. No sólo es mi aniversario de hijo sino también el tuyo de madre. Felicidades por siempre.
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