En febrero del año en curso el Ministerio de Educación colombiano expidió un decreto en el cual exhortó a los establecimientos educativos a impartir clases de religión obligatoriamente, no quedarse únicamente con las clases de ética y moral sino incursionar en lo que ha establecido
Hace mucho tiempo se habían abolido las clases de religión obligatorias, parece que de la modernidad, la educación colombiana iniciaría nuevamente una época feudal. Si vivimos en un Estado laico no veo razón alguna para que se les obligue a nuestros jóvenes a aprender doctrinas de una religión en particular.
¿No va eso en contra del derecho humano de primera generación, “todo individuo tiene derecho a la libertad de pensamiento y de religión”?
Si la propuesta fuera impartir una clase en la que el alumno se dé cuenta que las religiones han sido inventadas por los hombres para mantener sometido, de alguna manera al vulgo, sería estupendo pues nuestros niños no crecieran alienados culpando a Dios o a los capitalistas de todos sus males.
Parece que nadie se pone de acuerdo con el contenido a realizar. Sería una buena alternativa que enseñaran la historia de cómo empezó el asunto religioso, que los docentes hablaran tranquilamente de los lineamientos de cada grupo sin ninguna pasión, esto es sin proselitismo. En la actualidad existen grupos en busca de lo escatológico para todos los gustos. Así que los colegios no podrían quejarse de no tener abundante material didáctico al respecto.
Muchos pueblos han fundamentado su cultura en lo religioso. En cambio de llenar la mente juvenil de asuntos dogmáticos podrían aprender acerca del budismo, el hinduismo, el islamismo y todas aquellas filosofías que occidente ha tratado de ignorar pero que forman parte de la riqueza intelectual de la humanidad.
También podrían saber que dentro del cristianismo no sólo existe la iglesia católica sino todas aquellas que aparecieron como fruto de aquel fenómeno llamado
Pero no me conformo con ese asunto de las clases de religión, para mí no deberían existir en los colegios estatales. ¿Por qué no insistir en la ética profesional, en la convivencia en paz, en la responsabilidad social, el civismo y en el “no hacer a los otros lo que no querríamos que nos hagan”?
Lo que debe parecer más importante, no es el tema religioso sino que los chicos a través de las temáticas dadas a nivel moral y de valores sean capaces de reconstruir en sus mentes una cultura crítica con relación a todas las situaciones que debe enfrentar el ser humano, y que también los haga aptos para intentar vivir sin violencia, sin lastimar a sus semejantes.
Para finalizar considero que es una acción excluyente adoctrinar a nuestra juventud en un tipo de credo específico, pues ello crea resentimientos que nada bueno traen en el ya difícil entendimiento social. Hay que pensar en lo que vaya mejor a la convivencia.
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