Derecho a la educación y gratuidad


El derecho a la gratuidad de la educación es un derecho contemplado en la mayor parte de Constituciones occidentales. Si analizáramos los diferentes textos podríamos llegar a concluir que ese derecho también va dirigido a los padres de familia, con independencia del tipo de centro y del modelo educativo que éstos elijan, siempre que esas instituciones cumplan los requisitos establecidos por la ley.

Las leyes son hechas para que sean cumplidas por todos los ciudadanos de un país, puede que haya apartes relacionados con lo laboral, con lo judicial, con los derechos humanos, etc., pero he pensado que cuando se habla de la gratuidad de la educación engloba a toda la población.

Es verdad que quienes deben educarse preferentemente sean los niños y jóvenes, pero si un adulto no pudo hacerlo por la razón que sea, podría realizar sus estudios siendo mayor y el Estado está en la obligación de contar con centros, no sólo de alfabetización, sino también de educación media y superior para adultos, en donde éstos puedan ingresar sin contratiempos.

El derecho a elegir el centro educativo implica, por otra parte, la libertad de crear escuelas y de dirigirlas con independencia, lo que, a concepto de sus creadores, contribuiría a un verdadero pluralismo escolar que protegería a cada persona y a la familia de un excesivo intervencionismo del Estado; pero en este caso, una institución particular pierde la etiqueta de gratuita.

Hay quienes aseguran que las escuelas públicas deberían gozar de amplia autonomía para ofrecer también un proyecto docente plural a los padres; pero según mi criterio, no deberían funcionar juntos sino que el Estado debe construir los centros educativos especialmente para los adultos, pues la natural diversidad que se presentara, no podría ser atendida adecuadamente con un modelo único de enseñanza, ni sería legítimo imponerlo.

A pesar que por ley debe haber gratuidad en la educación, por lo menos la impartida en los centros estatales, existe en esos lugares desconsideración, manipulaciones, pedidos de textos o útiles escolares que a veces no utilizan, cuotas y en ocasiones estancamiento en los proyectos educativos.

Estamos en un mundo que avanza, hay que revalorizar la consideración social y económica de los profesores, exigir que los padres se involucren en la formación de sus hijos, propender una educación especializada y si fuera posible personalizada y no anclarse en el pasado; hay que hacer buen uso de las nuevas tecnologías en el campo pedagógico.

2 comentarios:

Marcela dijo...

Me parecen importantes las puntualizaciones que hace con respecto a la gratuidad de la educación más allá de cierta edad. Además creo que en Ecuador, no se dan las suficientes oportunidades para que los adultos accedan a la educación.

Por otro lado, una de las cosas que me llamó la atención en Alemania, es que precisamente, como el estado "invierte" en la educación de los chicos hay una policía que se encarga de que ellos cumplan con su "parte del contrato" es decir ir a clases. Los colegios están obligados a reportar a los chicos que no han asistido y cuyos padres no han justificado su ausencia. Esta policía (Ordnungsamt) va en busca de estos chicos a la casa y los llevan personalmene a clases. Al ser infratores tienen una sanción (20 euros,si no tienen para pagar lo hacen con algún tipo de trabajo comunitario. (Limpiar sitios públicos)

Creo que es importante hablar de derechos para que la gente sepa que los tiene pero debe ir aunado a una reflexión de los deberes que estos conllevan.

Un abrazo,

Marcela

Rud dijo...

Querida Marcela,
Me parece muy razonable e interesante lo que expones, sobretodo, aquello que los derechos implican también obligaciones. Concienciar a los jóvenes de ese aspecto no es fácil pues ellos tienen otros intereses en mente.
Sería bueno que en nuestra Latinoamérica haya ese tipo de policía que cuide la asistencia a clase de los jóvenes, de esa manera también los salvarían de caer en ciertas situaciones negativas y dañinas.
Saludos