Lo que tenemos que hacer es una Ley que permita que la gente de los estratos socio-económicos más bajos tenga acceso a programas de planificación familiar y que haya en todas las Comisarías y farmacias las píldoras del día siguiente para los desafortunados casos de violación o de descuido flagrante. También en las familias que tienen muchos hijos se debería esterilizar al varón, ¿por qué siempre la mujer debe cargar con la obligación?
El debate acerca de la permisividad o no de la interrupción del embarazo debe ser entre la sociedad civil y el gobierno de cada país; recordando que en
Ha sido muy fácil para ciertos grupos religiosos prohibir a sus fieles cualquier control de la natalidad que no sea la abstinencia, ¡vaya ayuda! Esas personas deben estar más preocupadas de vivir de acuerdo con lo que predican que andar metiéndose en asuntos tan terrenos como la traída o no al mundo de una criatura no planificada.
Hay quienes abogan por la interrupción libre de la preñez y en el mismo discurso hablan de derechos sexuales de las mujeres. Son dos asuntos diferentes y no creo que alguien esté coartando el derecho de las mujeres a una sexualidad sana y placentera; eso es otro tema.
Estoy en total desacuerdo con Clara Elena Cardona Tamayo quien en su artículo en voltaire.net, refiriéndose a presuntos derechos humanos dice:
“Son las leyes imponiéndonos determinado proyecto de vida, por encima del derecho a la autonomía. Es la normatividad desconociendo la dignidad de las mujeres al reducirnos a la condición de medio para la reproducción de la especie humana”.¿No somos las mujeres las destinadas a traer nuevas generaciones a este mundo?
¿Acaso no es nuestro vientre generador de vida?
¿Debería ser un derecho de la mujer matar a un bebé?
¿Y los derechos de la criatura que está en estado embrionario?
El despenalizar el aborto significaría no un paso adelante en la situación femenina sino varios hacia atrás pues son los mismos maridos quienes, en la mayoría de ocasiones, hacen abortar a su esposa o novia clandestinamente; si ya no fuera penado aumentaría considerablemente esa forma tan común de abuso.
No estoy de acuerdo que matar el fruto que alguien lleva en su vientre sea un derecho de las mujeres.
Mi posición no es política, ni religiosa; es el punto de vista de alguien que ama la vida y los niños, y que ha gozado mucho con la sinfonía de sus voces.
Alguna vez yo también fui un feto, ¿qué tal si me hubiesen abortado? Tampoco hubiesen nacido mis maravillosos hijos.
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