Alegría y desconsuelo en el deporte


Es incomprensible para mí observar a mucha gente llorando porque su equipo ha perdido un partido de fútbol, ¿acaso una contienda no trae como consecuencia que existan ganadores y vencidos?

La actitud de culpar al árbitro o al técnico de la derrota es muy infantil pues a mi parecer absolutamente todos los equipos que se presentan a un mundial cuentan con los mejores jugadores de sus respectivas naciones, acuden a cada partido a dar todo de sí, se esfuerzan y realizan todas las acciones humanamente posibles para conquistar la gloria del triunfo, si sabemos eso, ¿por qué somos tan duros al momento de juzgar su juego?

Cuando el desempeño no ha sido lo que la afición espera los involucrados de pronto se vuelven el blanco de todo tipo de críticas. Decir que a tal equipo le faltó garra, que otro no tuvo sed gloria, que fulano ya está quemado, que zutano se está poniendo viejito no es más que ser mal perdedores. Y eso no se queda únicamente en palabras, leí que al equipo costarricense le recibieron con insultos en su país. Eso no es justo.

Los medios de comunicación son los más duros al momento de juzgar a los participantes cuando han regresado tempranamente a casa, lo mínimo que expresan es que sus jugadores no mostraron contundencia ante un equipo que no era mejor que ellos; decir que sus jugadores solo les ha proporcionado decepción y tristeza como siempre es algo muy fuerte, que no merecen quienes deben haberlo dado todo en el estadio.
También es poco equitativo recibir como héroes a unos futbolistas por haber pasado a octavos. Ellos han ido a representar a su país, han ido a jugar y era su deber desempeñarse lo mejor posible porque se les paga muy bien por ello; están desempeñando un trabajo. Es verdad que han rendido de acuerdo con sus capacidades pero no realizaron acto heroico alguno. Un aplauso de bienvenida es suficiente. Porque si hay que homenajear a alguien por desempeñar bien sus labores, mejor deberíamos rendir honores a quienes a diario recogen nuestra basura y les pagan muy poco por eso.

El equilibrio entre el desborde de alegría desmedido por el triunfo de unos jugadores y la amargura absoluta por su derrota debe ser algo que debemos aquilatar y expresar en su justa medida.

2 comentarios:

DarkV dijo...

estoy en completo desacuerdo con usted! motivos? facil contradiga todo su post y esa es mi opinion, aunq es un buen punto de vista, resulta imposible no llorar cuando el equipo del alma de uno ha perdido es como si te arrancaran el alma!!!.........simplemente un punto de vista

Rud dijo...

Me encanta que haya alguien que esté en desacuerdo con mis puntos de vista; ello enriquece mis conocimientos pues me hace conocer mejor el sentir de mis semejantes. Como nunca he llorado por algo así, no lo comprendo, pero trataré de ponerme en tus zapatos y pensar, sobretodo, que es parte del comportamiento humano.
Saludos y gracias por leerme.