Tzvetan Todorov, premio Príncipe de Asturias 2008


El lingüista, filósofo, historiador, crítico y teórico literario franco-búlgaro Tzvetan Todorov, ha sido este año galardonado con el Premio Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales.

Todorov nació en 1939, en Sofía. Actualmente es director de investigación en el Centro Nacional de Investigación Científica, de Francia, país al que llegó en 1963, y donde ha realizado toda su obra, la cual ha servido de pilar para los estudios lingüísticos, en especial en el terreno de la semiótica.

Ha sido profesor invitado en las universidades de Yale, Harvard, Columbia y Berkeley, entre otras, y sus obras han sido traducidas a veinticinco lenguas.

Ha recibido otras distinciones: el Premio Europeo de Ensayo Charles Veillon en 1998, el Premio Charles Lévêque de la Academia de Ciencias Morales y Políticas de Francia y la primera edición del Premio Maugean de la Academia Francesa. Asimismo, es Oficial de la Orden de las Artes y las Letras de Francia. En 2005 recibió un grado honorífico de la Universidad Americana de París.

Según la página de la Fundación, Tzvetan Todorov “representa en este momento el espíritu de la unidad de Europa, del Este y del Oeste, y el compromiso con los ideales de libertad, igualdad, integración y justicia”.

Lo que me encanta de este personaje no son sus premios, sino su fascinante historia personal y su obra literaria, como: “El jardín imperfecto” y “Memoria del mal, tentación del bien”; esta última la conozco. Ese libro trata esencialmente sobre la memoria del mal, la cual puede conducirnos hacia situaciones diferentes, especialmente hacia una actitud que el autor define como “la tentación del bien”. El autor habla sobre el resultado maligno de las buenas intenciones.

Todorov en su obra “Memoria del mal, tentación del bien”, describe al siglo XX como un siglo de tinieblas (en contraposición del siglo XVIII que fue el siglo de las luces); por deseo de hacer el mal o por caer en la tentación de llevar el bien a todos. Él piensa que la tentación del bien es algo negativo ya que en ese contexto el bien no está muy alejado del mal.

El libro es una investigación sobre el siglo pasado, se presenta como la exploración de un combate entre la democracia y dos formas del totalitarismo: el nazismo y el comunismo.

Todorov cree que es muy peligroso pensar que podemos extirpar el mal porque nos permitimos mucha crueldad y violencia, con la esperanza de erradicar el mal y vivir en el paraíso terrenal, ya sea con la Inquisición o los campos de concentración, o las bombas sobre Irak, Afganistán o los Balcanes.

Para comprender la visión de Todorov pensemos: al parecer Bin Laden (si realmente existe) tenía buenas intenciones: quería eliminar a satanás, el satán estadounidense. Luego Bush y el gobierno estadounidense se han considerado la encarnación del bien y precisamente el gran peligro de nuestros días es considerarse eso: “la encarnación del bien” pues la tentación del bien es la más peligrosa, porque a nombre del bien podemos cometer un mal mucho mayor.

Si llevamos esa reflexión a la situación nacional seria así: quienes se encuentran en situaciones irregulares como paramilitares, ya sean guerrilleros o gente armada de derecha, ambos grupos tienen una visión de estar haciendo el bien; unos supuestamente defendiendo a los desposeídos y otros a quienes no desean perder lo que poseen.

¿Qué hace el estado para regularizar la situación? Tiene en su haber a las Fuerzas del Orden que quieren combatir a todos los grupos irregulares puesto que el Estado debe garantizar la vida y el bienestar de los ciudadanos. Pero en cambio de acabarse esa lucha, ha aumentado día a día.

¿No es tiempo se sentarse a dialogar como seres racionales y terminar con esa lucha sin fin?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A propósito de esta lectura y enmarcado en el último hecho acaecido en Colombia, donde los terroristas hicieron explotar un hotel, me remito a las palabras del pastor Martin Luther King: "Medios inmorales no pueden producir fines morales pues los fines PRE-EXISTEN en los medios"

Rud dijo...

¡Hola, muchas gracias por leerme. Respecto de tu comentario, es muy acertada la sentencia que escribes. Dicho de otra manera, el fin no justifica los medios.
Necesitamos urgente trabajar todos, muy unidos por la paz.