Desde 1981, según los estatutos de la Fundación “Príncipe de Asturias”, los premios, que llevan el mismo nombre, están destinados a galardonar la labor científica, técnica, cultural, social y humana realizada por personas, equipos de trabajo o instituciones en el ámbito internacional.
Se hacen acreedores al premio, la persona, grupo de personas o institución cuya labor creadora o de investigación represente una contribución relevante a la cultura universal, a la ciencia, la investigación, etc. Estas son las categorías: Comunicación y Humanidades, Ciencias Sociales, Artes, Letras, Investigación Científica y Técnica, Cooperación Internacional, Concordia y Deportes.
El Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, según Wikipedia, es concedido a aquella persona o personas, o institución cuya labor haya contribuido de forma ejemplar y relevante al entendimiento y a la convivencia en paz entre los hombres, a la lucha contra la injusticia, la pobreza, la enfermedad, la ignorancia o a la defensa de la libertad, o que haya abierto nuevos horizontes al conocimiento o se haya destacado, también de manera extraordinaria, en la conservación y protección del patrimonio de la Humanidad.
En nuestro país, el premio “Príncipe de Asturias” ha recaído algunas veces:
En 1987, el de Comunicación y humanidades, fue para dos prestigiosos diarios: El tiempo y El espectador.
En 1984 el de Cooperación Internacional fue concedido al Dr. Belisario Betancourt, ex presidente colombiano.
En 1994 el de Investigación Científica y Técnica lo recibió el Dr. Manuel Elkin Patarroyo, por su vacuna contra la malaria.
En 1999 el de Comunicación y Humanidades fue concedido al Instituto Caro y Cuervo, Centro de estudios superiores en literatura, filología y lingüística de Bogotá
En 1997 el escritor y poeta colombiano, Álvaro Mutis fue galardonado con el premio a las Letras.
En este año, según la página de la Fundación Príncipe de Asturias, Ingrid Betancourt era o es “firme defensora de la libertad y los derechos humanos, durante su trayectoria pública dirigió sus esfuerzos al impulso de la democracia y la justicia social, y a la lucha contra la corrupción, el narcotráfico y la violencia, en la búsqueda de un futuro distinto y más esperanzador para los niños y jóvenes de Colombia”, razón por la cual le han concedido el premio de la Concordia.
Como colombiana me siento feliz que una conciudadana reciba dicha distinción, pero debe haber una equivocación en los datos que recibieron sobre la ex secuestrada.
¿Quién les contó ese relato de hadas?
Primeramente ella no tenía por qué impulsar la democracia colombiana pues nuestro país no ha estado inmerso en una dictadura.
¿Defensora de la libertad y los derechos humanos?
De la señora Betancourt supe cuando ella imprudentemente se fue al Carguán (lugar que el Presidente Pastrana había regalado a la guerrilla para que “jueguen a la rayuela”). Como el estado no tenía jurisdicción sobre dicho territorio le previnieron a la candidata presidencial del peligro pero ella creyó que eso le daría publicidad y las consecuencias todos las conocemos.
En julio de este año, después que la señora Betancourt fuera rescatada por el ejército colombiano, el diario “El Espectador” de Bogotá escribía: “En el momento en que fue secuestrada aspiraba a la presidencia de Colombia, y sólo obtuvo el 1% de los votos. Seis años de calvario la convirtieron en una superestrella, en alguien igual a todos los presidentes, el ídolo de las muchedumbres, el Papa espera su visita. Lo que ella buscaba en vano por fin lo ha encontrado. ¡Bingo!”
Francamente cuando ella estaba secuestrada me partía el alma pensando en las situaciones horribles que estarían viviendo, no sólo ella sino muchos otros seres humanos; pero, en mi opinión, la señora Betancourt no merece ese premio, no es justo, pues si se lo otorgan por el sufrimiento creo que más angustia vivió la señora Clara Rojas que no solo la violaron sino que el fruto de esa desgracia se lo arrebataron para tenerla a su merced.
Hay personas que llevan secuestradas más de diez años, pero nadie les hace propaganda pues no son emparentados con embajadores o europeos; son servidores públicos que trabajaban con las fuerzas armadas y los tienen enjaulados cual fieras peligrosas.
Que la señora Betancourt, una vez liberada, ha recibido la Legión de Honor francesa en grado de Caballero de manos del presidente Nicolás Sarkozy, durante las celebraciones de la Fiesta Nacional, el 14 de julio del año en curso y ha sido galardonada con el Women´s World Award como "Mujer del Año 2008"; eso es normal, es amiga personal de quien dio las preseas.
Muchísimas gracias a los señores del jurado del premio “Príncipe de Asturias”; lástima que se dejaron llevar por el marketing francés que presentaba a la señora Betancourt como una supuesta Juana de Arco.
Es verdad que debió pasarla muy mal en la selva, su dolorosa estadía allí es innegable; pero de lo único que ella ha sido defensora ha sido de su imagen y de sus intereses. Repito que lamento todo lo que le sucedió por no saber escuchar; pero no es como para un premio de esa naturaleza.
“Símbolo universal de la libertad y la resistencia humana” son la pobre gente que sigue secuestrada y que nadie emprende campañas internacionales por ellos, ni siquiera la galardonada.