Un pañal es una prenda absorbente usada para la higiene y para evitar la contaminación del entorno a causa de desperdicios orgánicos de personas que aún no tengan o hayan perdido la capacidad de controlar sus esfínteres.
Voy a detenerme en hablar exclusivamente de los pañales para bebés puesto que esto ha sido motivo de muchas conversaciones y hasta controversias.
Antiguamente se utilizaban y hasta no hace mucho tiempo, unas telas de algodón especiales para la fabricación doméstica de pañales los cuales iban acompañados de elementos plásticos para ponerle externamente al nene y evitar que su ropita se humedeciera.
Haciendo un poco caso omiso de quienes aseguran que los pañales desechables producen muchas molestias, he de alabar la decisión de quienes pensaron en hacer más liviano el trabajo de los padres al utilizar algo que se cambie y se bote.
Fueron lo suecos quienes comenzaron a producir los primeros modelos de pañales descartables en la década de los años 40 del siglo pasado: primero, fabricaron en tela de algodón, luego se aplicaron multicapas de papel tissue recubiertas por una lámina plástica.
Durante la década de los años 60 se marcó el inicio de la fabricación a escala industrial con importantes adelantos: se reemplazaron las capas de papel por un colchón de fibras celulósicas.
En la década de los 70 se incrementó la producción puesto que la demanda subió, ello llevó a una mejora sustancial del producto: se redujo significativamente el espesor del pañal, proporcionando mayor adaptabilidad a los movimientos y disminuyendo el riesgo de fugas.
En los años 80, con el propósito de mejorar el ajuste, se incorporaron cintas laterales de múltiples despegues, se redujo considerablemente el peso total del pañal y se introdujo un polímero súper absorbente el cual ha marcado un antes y un después en cuanto al rendimiento; también se aplicaron telas especiales que mejoraron la “respirabilidad” del pañal y con diseños de barreras anatómicas.
Actualmente, además de estos materiales, se suman los antimicrobianos, el aloe vera, las cintas fosforescentes, las diferenciaciones según el género del bebé entre otros.
De su comercialización ni hablar, sería de dedicarle varias páginas pues existen pañales desechables de muchas marcas, calidades y precios.
Lo más importante de su aparición no solo ha sido la comodidad que le brinda a los usuarios, sino que el tiempo que la madre dedicaba en lavar y planchar los pañales convencionales, ahora puede utilizarlo en leerle, cantarle, narrarle cuentos y darle más ternura a su bebé.
Le queda, tanto a las autoridades como a los fabricantes, ver la manera de insertar en su utilización a los sectores sociales de menores recursos y ver la manera de reciclarlos para disminuir el impacto ambiental que conlleve el práctico producto.
¡Ah!
No he respondido al título:
Se cree que algunos sectores del Antiguo Egipto fueron los primeros en utilizar algo que pueda llamarse pañal descartable: la piel de foca rellena con musgos o pastos. Supongo que desecharían el relleno y lavarían la piel :)
No he encontrado registro alguno sobre la fecha exacta de dicho acontecimiento.