
Prevenir la posible llegada de enfermedades no es tan simple como a primera vista creemos. Hay que observar ciertas medidas desde diferentes ángulos: higiene personal, dieta alimenticia, ejercicio físico, práctica deportiva, planificación familiar, cuidados en los embarazos, vacunas, evitar el estrés y la salud mental.
La higiene personal es quizás uno de los factores más importantes en la prevención de enfermedades, no interesa que la ciencia médica haya tenido multitud de avances, si cada quien no se ocupa del aseo, dieta y práctica de ejercicio físico.
En este aspecto mucho tienen que ver las autoridades de cada Estado quienes deben construir una infraestructura eficaz que lleve el servicio de agua potable y alcantarillado a toda la población, pues su falta ha sido causa de grandes epidemias, enfermedades infecciosas que han causado

desastres sanitarios.
La disminución de la mortalidad se ha alcanzado gracias a los progresos logrados por la medicina preventiva y terapéutica, y sobretodo, al advenimiento de la buena costumbre del baño diario, cuidado del cabello, la dentadura, lavado de las manos después de utilizar los servicios higiénicos, limpieza de la ropa y adecuadas condiciones
ambientales.

A los niños, desde muy temprana edad hay que acostumbrarlos al aseo personal diario, deben aprender que la higiene no solo contribuye en la buena salud, sino que se refleja en el aspecto exterior de la persona e influye decisivamente en su aceptación o rechazo por parte de quienes nos rodean; teniendo en cuenta no obstante, que en lo que a ellos se refiere, es inútil predicar, sin dar al mismo tiempo un buen ejemplo.