En
plena edad media, los jerarcas de la cristiandad sientieron que sus prédicas
perdían peso y decidieron perseguir a todos aquellos que no estuviesen de
acuerdo con sus doctrinas. Primeramente emprendieron las cruzadas de lucha
armada en contra de aquellos habitantes del Oriente Medio a quienes llamaron
infieles; luego la inquisición.
¿Qué fueron las cruzadas?
Las
cruzadas fueron una serie de campañas militares impulsadas por la cúpula del cristianismo,
llevadas a cabo por gran parte de la Europa latina, principalmente, por Francia
y el Sacro Imperio Romano. Según Jean Comby, autor de “Para leer La Historia de
la iglesia”, la razón fue “luchar contra el enemigo común, el Islam, que
ocupaba los lugares donde nació Cristo y amenazaba a los cristianos de oriente”.
Se fundaron varios estados feudales
cristianos, entre ellos el reino de Jerusalén, los cuales poco a poco
desaparecieron a pesar de haber órdenes religiosas militares para defenderlos:
Los Templarios y los Hospitalarios.
Cabe recalcar que,
según el mismo autor, se afirmaba que los guerreros muertos en la lucha contra
los “infieles” tenían asegurada su salvación. Parecido a lo que en estos días
dice otro grupo, ¿verdad?
¿Qué fue la inquisición?
La
inquisición fue una especie de institución judicial creada por el pontificado
en la edad media, con la misión de localizar, procesar y sentenciar a las
personas supuestamente culpables de herejía. Al ser reconocido el cristianismo
como religión estatal en el siglo IV por los emperadores romanos, los herejes
empezaron a ser considerados enemigos del Estado. Pero la Inquisición en sí no se constituyó hasta 1231, con los estatutos
Excommunicamus del papa Gregorio IX. El cargo de inquisidor fue confiado
casi exclusivamente a los franciscanos y a los dominicos, algunos de ellos fueron acusados de crueldad y de otros
abusos.
En
1252 el papa Inocencio IV, autorizó la
práctica de la tortura para extraer la verdad de los sospechosos.
Primeramente persiguieron a supuestos herejes albigenses, en menor grado a los
valdenses, posteriormente a otros grupos heterodoxos y más tarde a los llamados brujas y adivinos.
El
papa Pablo IV en 1555 emprendió una persecución activa de sospechosos,
incluidos obispos y cardenales. Encargó a la Congregación llamada Santo Oficio que
elaborara una lista de libros que atentaran contra la fe o la moral, y aprobó y publicó el primer Índice de
Libros Prohibidos en 1559. Procesó y condenó a Galileo en 1633.
Inquisición española:
Se fundó con aprobación papal en 1478,
propuesta por el rey Fernando V y la reina Isabel I. Se ocupó del “problema” de
los judíos, miembros del Islam y, posteriormente, de quienes apoyasen las tesis
protestantes. Su persecución fue
realmente inhumana. Ella se convirtió en un instrumento en manos del
Estado más que de la Iglesia, aunque los eclesiásticos, y de forma destacada los dominicos, actuaran siempre como sus
funcionarios.

Crueldad y oscurantismo, eran
sus mejores cualidades, tuvo más impacto en la religión, la política y la
cultura que las instituciones paralelas de otros países. Esta eficacia y el
apoyo político permitieron a Tomás de
Torquemada, el primero y más notable ruin inquisidor, ejecutar por miles a supuestos herejes.
El inquisidor y su
tribunal tenían jurisdicción sobre los Tribunales. Los judíos fueron expulsados
en 1492. Una de las consecuencias de esa diáspora fueron las colonias que
crearon en distintas partes del mundo los expatriados, llamados sefardíes o sefarditas por la palabra Sefarad, como
denominaban a España. La Inquisición quedó al fin suprimida en España en
1843.
La venganza de la historia
Parafraseando
a Hermann Tertsch, y como el ser humano repite constantemente los mismos
errores, en este momento de la historia de la humanidad nos ha llegado la
venganza de los descendientes de quienes sufrieron persecuciones. En el siglo
XIX surgió el salafismo, movimiento islámico reformista, el cual defiende un
retorno purista a las ideas del Corán y la sunna.
Invocando
a Nur al-Din quien fuera despiadado en su defensa del Islam y junto con su
protegido Saladino lograron vencer a los cruzados de Ricardo Corazón de León; Al Zarqaui, formó el grupo terrorista AQI. El 15 de octubre 2006, apenas cuatro
meses más tarde de su designación por la Shura, Muharib al-Juburi, portavoz de
Al-Masri (egipcio), anunciaba en un vídeo de nueve minutos la transformación de
AQI y el resto del grupo que la conformaban, proclamando oficialmente el nacimiento del Estado Islámico de Irak (Dawlat
al-'Iraq al-Islamiyya), y se anunciaba el nombre de su nuevo líder: Abu Bark al-Bahdadi, quien ha utilizado
el denominativo de "príncipe de los fieles"
(título reservado a los califas); se dirigía a la Umma, esto es, la comunidad global de los musulmanes; también anunciaba
sus planes de crear y expandir el Estado
Islámico con el objetivo de hacerlo
presente de China a España. De ahí en adelante son bien conocidos sus
movimientos: no solo desean adoctrinar a occidente, sino que también persigue a
los islamistas que no piensen y actúen como ellos.

El IS irrumpiró
en las cárceles para liberar a yihadistas para que éstos pasaran a engrosar sus
filas. En 2012 fueron cuatro prisiones, incluida la de Tikrit. Lo más increíble,
la liberación de cientos de reclusos en
la cárcel de Abu Ghraib, en julio de 2013. Incrementó la
tensión entre Bagdad y los kurdos, aumentó la tensión civil con
artefactos explosivos. El último objetivo era aterrorizar a la población chií; a finales de 2013, el IS era
responsable de casi 1.000 víctimas mensuales.
*
Fuentes:
Jean
Comby, “Para leer historia de la iglesia”, tomo I, De los orígenes al siglo XV,
editorial Verbo Divino, Navarra, España, 1991
El fundamentalismo religioso ha
hecho daño siempre. Cuando la religión se arroga el monopolio de la moral y del
libre pensamiento, surgen graves problemas.
Pase lo que pase, no debemos dejar de buscarle
un sentido a la vida y atrevernos a soñar con un futuro sin radicalismos y
sin violencia