La importancia de beber mucho líquido


La causa la deshidratación del organismo ante la carencia crónica de agua es una realidad que explican a diario los galenos y todas aquellas personas que se encuentran relacionadas con la salud de los seres humanos.

Hace algún tiempo leí en la revista Discovery Salud que para que las múltiples reacciones químicas que se desarrollan en nuestro organismo sean posibles hay que ingerir cada día suficiente agua. No hacerlo no sólo impide el correcto funcionamiento del organismo sino que puede provocar muchas patologías.

Cuando me refiero a “líquido”, no hablo de licores, vinos y otras bebidas estimulantes. Nuestro organismo necesita consumir por lo menos dos litros de agua diariamente; no lo expreso con conocimiento médico, sino por experiencia personal. Ingerir mucho líquido junto con el ejercicio cotidiano y una alimentación balanceada me han proporcionado buena salud.

La falta de suficiente líquido en el organismo es, según los entendidos, causa de múltiples enfermedades. En el proceso de digestión, para un buen metabolismo el agua es fundamental.

Cuando el organismo tiene escasez de agua, no hay garantía de que el jugo gástrico sea neutralizado debidamente; el estreñimiento al que frecuentemente va asociada es otro de los graves desórdenes que causa.

Si bien es cierto que la falta de fibra en la comida puede provocar ese problema, es aún más inquietante la falta de agua ya que sin ella no hay lubricación y aumenta las dificultades a la hora de ir al sanitario y esa situación se agrava cuando, comida tras comida, seguimos sin beber suficiente agua.

¿Qué es la felicidad?


Si buscamos en un diccionario encontraremos que felicidad es un estado anímico; pero la tristeza también lo es. Creo que es una disposición de la mente; un estado de bienestar ideal que permanece mientras subsistan los elementos que la han desencadenado, pues se compone de esos pequeños momentos que nos fascinan, de detalles vividos día a día.

Las actividades dirigidas en cierta dirección, la motivación, la búsqueda de satisfacciones en nuestro interior, en nuestras propias disposiciones internas, la lucha por alcanzar ciertas metas, el compromiso, los retos y el bienestar de nuestros seres queridos nos producen alegría y muchas emociones positivas que enmarcan lo que llamamos felicidad.

Para mí, ser feliz es poder disfrutar de cada momento, sin rumiar el pasado, sin pensar qué será de mí en el futuro.

Felicidad es algo subjetivo que responde a la realización de un proyecto personal.
Felicidad es ver crecer sanos a los hijos y llevarlos a su autorrealización.

Felicidad es verlos sonreír.

Felicidad es poder abrazar al hijo que se encontraba ausente.

Felicidad es saber que es feliz, aunque no sea a mi lado.


Felicidad es encontrarle sentido a la vida.

Felicidad es pensar en positivo, tener gestos altruistas y de desprendimiento para que mi cerebro envíe estímulos a mi organismo para estar saludable.

Felicidad es poder transformar la triste mueca del dolor ajeno en una sonrisa de alegría.
Felicidad es desear nada.

Felicidad es despertar con el trino de los pajarillos.

Felicidad es extasiarme con la dulce sinfonía de las ranitas después de la lluvia.

Felicidad es tenerte a mi lado, amor mío.

Felicidad es poder observar tranquilamente la naturaleza, como esos hermosos colibríes en nuestro jardín.

Felicidad es la satisfacción de dar sin esperar algo a cambio.

La felicidad, como el amor es algo que fluye espontáneamente, no podemos proponernos enamorarnos de alguien como tampoco podemos esforzarnos para ser felices; de lo que sí estoy segura es que cada quien labra su desgracia o su felicidad.

Día del amor

En un día como hoy, los estadounidenses y los habitantes de otros países celebran el día de san Valentín o del amor, en Colombia lo hacemos en septiembre, para que coincida con la llegada de la primavera en el hemisferio sur; a pesar de que nos encontramos en la zona tórrida y nos vendría bien cualquiera de las dos.

Existen tantos conceptos o ideas sobre el amor y la amistad como personas. El menos romántico que leí hace algunos años fue el siguiente:

El matemático John Forbes Nash entendió que "en las ecuaciones misteriosas del amor es donde se encuentra la razón de la vida". También entendió que la geometría de la vida es un conjunto de infinitos deseos puestos en una misma dirección y sentido (el ser feliz); que dos miradas generan una línea recta, y que esa recta es la distancia más corta para un beso, cuya magnitud es directamente proporcional a su deseo.

Gustavo Adolfo Bécquer es quizás el único poeta que me gusta, aquí va una idea suya un poco fatalista:
“Es un sueño la vida, pero un sueño febril que dura un punto; cuando de él se despierta, se ve que todo es vanidad y humo… ¡Ojalá fuera un sueño muy largo y muy profundo! ¡Un sueño que durara hasta la muerte! Yo soñaría con mi amor y el tuyo.”

El filósofo y escritor indio, Rabindranath Tagore, sentía el amor como algo muy lúgubre:
“Cuando mi voz calle con la muerte, mi corazón te seguirá hablando.”

No es fácil definir el amor, es un sentimiento que no se puede encasillar como si fuese un concepto matemático. Cuando estamos enamorados somos muy vulnerables, soltamos nuestra imaginación, vivimos intensamente cada segundo, nuestra creatividad se pone de manifiesto, nos portamos muy optimistas y por poco nos sentimos dueños del universo.


Enamorarme es lo mejor que me ha sucedido, gracias al amor tengo un par de hijos maravillosos y hemos vivido en familia unos años bellísimos en donde la ternura y el afecto han sido más fuertes que cualquier injerencia externa.

Existen muchas clases de amor, supongo que esta celebración se refiere al amor humano, al amor de pareja, a esa búsqueda incansable de sensaciones hermosas que nos mantiene vivos y que son alimento del alma.

Se han escrito y se seguirán escribiendo miles de libros sobre el tema, en mi opinión todos los días deberíamos celebrar el amor, expresarle a esa persona que tenemos cerca que ha sido maravilloso compartir, que es alguien muy especial en nuestra existencia y que su compañía nos ha enriquecido intelectualmente y nos ha hecho crecer como seres humanos.

Millones de besos a todos los enamorados y para todas las personas que amo.

Mi postura acerca de las religiones


Toda religión conlleva la creencia o adoración de uno o varios dioses, pero ello también va ligado a un compromiso personal y de fe con ese dios o esos dioses e incluye devoción y alabanza a él o a ellos.

En un comienzo, quienes inventaron los primeros movimientos religiosos lo hicieron porque tenían miedo de los fenómenos naturales, al no comprenderlos decidieron expresar que existía un ser sobrenatural que los protegería de cualquier evento catastrófico.

Más adelante, ya cuando las civilizaciones se hicieron más cultas y había personas que escribían sus pensamientos, decidieron brindar a sus pueblos una base moral, comenzaron a imaginar cuentos y preceptos que eran excelentes ejemplos de buena conducta, por algo encontramos en uno de los libros de la Biblia, guías de comportamiento basadas en el antiguo código de Hammurabi.


Poco a poco la religión fue convirtiéndose en corriente idealista de las masas y a través de la historia ha cumplido infinidad de papeles, algunos de ellos fundamentales para el desarrollo intelectual de la humanidad, pues en la antigüedad fueron los clérigos quienes tuvieron acceso a la educación y se encargaron de elaborar muchos manuscritos que fueron claves, sobretodo, para la divulgación de sus ideologías.

Las religiones han sido utilizadas con diferentes fines, desgraciadamente
han sido herramientas de discordia, colonialismo, de sometimiento… Desde tiempos inmemoriales han sido un poderoso instrumento de manipulación social… Por algo Karl Marx alguna vez expresó que la religión es el resultado de contradicciones en el mundo económico y social que deben ser destruidas por la revolución, pues “la religión es el opio de los pueblos”.

Las creencias religiosas de muchos pueblos los han llevado a la ruina pues muchos de sus preceptos son limitantes, por ejemplo el culto que hacen algunas de ellas a la pobreza. Quienes creen que a Dios le atrae los miserables, nunca progresan; pero si pensáramos que es una bendición divina el tener un trabajo remunerado y una manera de poseer bienes que nos donen una vida mejor, ello contribuiría enormemente a sacar todos estos países del subdesarrollo.

Si los científicos hubiesen sido hombres religiosos, probablemente no podría en este momento estar comunicándome por este medio, puesto que la religión no ha sido pregresista; solo hay que recordar el penoso caso de Galileo Galilei.

Las diferentes posturas religiosas que encontramos a través de la historia tienen siempre una especie de líder que ha manifestado sus personales ideas y que posteriormente sus discípulos o seguidores se han encargado de difundirlas.

Fue así como algunos hicieron mucho daño con sus ideas o ayudaron a la humanidad a salir adelante. Generalmente las religiones han sido fuentes de fanatismo, como lo pensaba Voltaire. En muchos países existen divisiones internas y persecuciones debidas a las creencias religiosas.

No hace mucho, en Colombia, unos clérigos aseguraron que excomulgarían a los magistrados que aceptaran el aborto. ¿Cómo pueden, en pleno siglo XXI hacer ese tipo de declaración, si nadie ha probado que nos espere algo después de muertos?

Para terminar, en mi concepto, todos los seres humanos, sin excepción, deben ser libres de expresar sus creencias religiosas o su rechazo a ellas; por algo está contemplada en la Declaración Universal de los Derechos Humanos la libertad de pensamiento y de religión.


Y ahora viene a mi mente René Descartes: “Pienso, luego existo”. ¿Cómo puedes estar seguro que tu vida entera no haya sido un sueño?