Consumo de alcohol y alcoholismo I

En occidente son muy comunes las cerebraciones y nos encanta brindar con champagnes, vinos, etc., por cualquier motivo: por el amor, por la vida, por la amistad, por un cumpleaños, por una boda, por un viaje, por una graduación… En toda reunión está presente el alcohol, la droga social desde tiempos inmemoriales.

El consumo de alcohol no es costumbre únicamente de nuestra época, pues la destilación fue inventada en el siglo VII por los alquimistas árabes, quienes llamaron a esa sustancia al-kohl.

En la actualidad existe una cultura en donde el alcohol ocupa un destacado lugar dentro de la estructura socio-económica: producción, marketing, gastronomía y relaciones sociales. (En esto último puede haber excesos o puntos discordantes como la ocasión en que el rector del colegio de mis hijos invitó a los ex alumnos del colegio que no llegaban más allá de los 19 años y les brindó un licor fuertísimo y lo peor es que vio con malos ojos a quienes no aceptaron la bebida).

En los países situados en las zonas templadas de la tierra existe la costumbre de ingerir vino como acompañante de los alimentos, sobretodo en los países del Mediterráneo (España, Francia, Italia, Grecia, etc.). En nuestra América quienes consumen a diario esta bebida son los argentinos y chilenos pues tiene excelentes viñedos y vinos que pueden competir con la calidad de los franceses.

El alcohol etílico ha sido utilizado de muchas formas desde la antigüedad, basta con observar a través de la historia los relatos de bacanales y fiestas en donde el vino no podía faltar; hasta en la Biblia encontramos referencia de él como un elemento tan "indispensable" en una celebración que hasta se habla de un milagro para llenar las barricas que ya habían vaciado los invitados.

En el arte tenemos el ejemplo del Baco (dios del vino) pintado en 1591 por el italiano Michelangelo Merisi, conocido con el nombre de Caravaggio.

Así vemos que desde el comienzo de la humanidad el hombre ha buscado la manera de evadirse de sus problemas o de sentir la sensación de bienestar mediante la ingestión de elementos extraños.

Aparte del valor calorífico del alcohol, su acción estriba en que, al disminuir el control cortical sobre los centros encefálicos inferiores, da sensación de euforia y actividad, sin que sea un analéptico, sino debido a una acción depresiva. Esto se demuestra sometiendo a la persona que ha bebido alcohol a pruebas de exactitud: el número de errores será mucho mayor que si no hubiera bebido.

Como el alcohol produce vaso-dilatación se ha empleado para combatir el frío, aunque puede tener efectos contrarios. Como produce aumento de la temperatura periférica, esto representa una mayor pérdida de calor. Si se desea quitar el frío por breve tiempo, el efecto es útil, pero, si hay que permanecer muchas horas expuesto al frío, produce un enfriamiento más rápido.

TLC con los Estados Unidos


Siempre me he preguntado acerca de aquella famosa frase "América para los americanos" de la doctrina Monroe durante la época de Franklin D. Roossevelt. ¿Será que quiere decir que el continente americano es para todos quienes vivimos aquí? O ¿será que los estadounidenses piensan que el continente es suyo?

El panamericanismo es y ha sido el fruto de la política de los Estados Unidos hacia el continente, que a todas luces ha buscado su predominio hegemónico en cuestiones económicas y políticas.

Según escuché en CNN, los Estados Unidos ya no quieren firmar un tratado de libre comercio con Ecuador porque ellos terminaron el contrato con la petrolera Occidental, filial de OXi, empresa estadounidense y ese gobierno había puesto como condición para firmar el tratado, la renovación del contrato con dicha compañía.

La actitud del gobierno estadounidense no es otra que la de la política con garrote que ha buscado implantar siempre ese país para establecer su predominio sin importarle si los medios que emplea son represivos o no.

Con todo eso me pregunto, ¿a cambio de qué firmará el mismo tratado con Colombia?
¿Por qué el presidente Álvaro Uribe le sirve incondicionalmente al gobierno de Bush?
¿Firmará Colombia el tratado a pesar que los textos en inglés no coinciden con los escritos en español?
¿No es vergonzoso firmar un pacto con alguien que ha tenido la desfachatez de decir: "los textos estadounidenses son los auténticos, si no les parece, tómenlos o déjenlos?"

No creo que se trate de un tratado de "libre comercio" pues todos sabemos que Estados Unidos es mucho más industrializado que todos los países americanos, así que el nombre del asunto debería ser: "Tratado del monopolio gringo" ¿Qué libre competencia puede haber con un país que subvenciona la producción agrícola y quiere el mismo trato que otro en donde los agricultores tienen dificultades hasta de seguridad, pues no solo les asecha la pobreza sino las fuerzas irregulares para desplazarlos?

No es verdad que los colombianos nos beneficiaremos con el TLC porque la desgravación arancelaria haría aumentar el consumo. Lo que incrementa realmente el gasto en la población es la generación de plazas de empleo, lo cual haría crecer el producto interno bruto y el bienestar de la población.

En la lista de insumos que entrarán a Colombia con arancel cero hay bastantes productos que producimos en nuestro país como medicinas, cristales, artículos de cuero, hornos eléctricos, vajillas, champúes, desodorantes y otros. Pero lo que más me ha llamado la atención es que entre esos productos sin arancel estén los pianos, como que fueran algo prioritario, ¿pensarán que todos los colombianos vamos a hacer fila desde ya para comprarnos uno?

Internacionalizar nuestros productos sería algo sensacional, ello mejoraría nuestra calidad de vida, por lo tanto elevaría el desarrollo humano, el crecimiento económico y el nivel del comercio internacional ayudaría a cambiar radicalmente el concepto absurdo de aceptación de la pobreza y cada quien estaría poniendo a prueba su creatividad que llegaría incluso allende los mares.

Pero hay que ser realistas, primeramente deberíamos unirnos los latino americanos, deberíamos hacer un frente común, pues tenemos una historia común. Si 25 países europeos han formado la más grande comunidad a pesar que cada uno de ellos posee una cultura diametralmente diferente, ¿por qué no nosotros?

¿Cómo se aprende una lengua extranjera?

Alguien me interrogó acerca de la manera más recomendable para tratar de aprender otra lengua, esta ha sido mi respuesta:

Primeramente es muy importante conocer otros idiomas además de nuestra lengua materna puesto que ello nos da más solvencia al momento de comunicarnos con otros en este mundo globalizado. El proceso de aprendizaje es un poco difícil si ya somos mayores o si la gente no posee recursos económicos para pagar sus estudios. Los niños aprenden con más facilidad puesto que su percepción es mucho mayor.
¿Qué hacer?
* Hay que educar el oído, pues tan pronto como sabemos escuchar otra lengua, el aprendizaje se hace más factible.

* Tener constancia.

* Leer noticias, revistas y alguna obra literaria que nos adentre en la cultura del idioma que vamos a aprender.

* Escuchar diariamente grabaciones de diálogos o canciones en dicho idioma para no perder la costumbre de escucharlo y además para establecer en nuestro cerebro ciertos parámetros de sus formas gramaticales.

* Tener presente que cada idioma es la representación de una cultura y eso conlleva su propia manera de expresión, por consiguiente no hay que hacer las construcciones gramaticales y de sintaxis como las nuestras.

* Lo anterior me lleva a deducir que hay que aprender a pensar en esa lengua.

* Intentar hacer un poco teatro o exposiciones en ese idioma para perder el miedo a expresarlo.

* Ver películas habladas y subtituladas en ese idioma que estamos aprendiendo; posteriormente sería sin subtítulos. Por ejemplo hablada y subtitulada en francés.

* Es muy importante recordar que no debemos dejarnos engañar por aquellas palabras llamadas "falsos amigos"; auque un término sea parecido a nuestro idioma, es muy probable que no quiera decir lo que pensamos.

Cuando un hijo se casa


Cuando esperamos un hijo tenemos un cúmulo de alegrías y esperanzas en nuestra mente. Imaginamos cómo será esa criatura: ¿tendrá los ojos de su padre? ¿Le encantará el chocolate como a mí? ¿Podremos darle la educación necesaria para que llegue a ser un hombre de bien?

De pronto llega el anhelado día en que lo tenemos en nuestros brazos, tan tierno, tan hermoso, tan indefenso, tan vulnerable… Sus pequeñas manecitas se aferran a las nuestras, el instinto le hace buscar ávido el pecho que lo alimentará y le dará calor… Estamos listos para protegerlo.

Pasarán los días, los meses, los años… Aprenderá a pronunciar esas palabras que nos darán felicidad al escucharlas de sus labios; nos abrazará y nos dará muestras de cariño incondicional y así poco a poco se hará hombre.

Él ha crecido a un ritmo veloz, nosotros apenas nos percatamos que también hemos crecido con él y nos sorprendemos que ahora tenga novia.
¿En qué momento se ha vuelto tan alto?
¿No fue ayer que hemos estado paseando en bici?

¿No fue acaso ayer que se deleitaba con mis poesías y los juegos que inventábamos?
Atrás han quedado esos días maravillosos, ya no habrán las encantadoras cerebraciones navideñas, ni los postres, ni aquellas sesiones didácticas donde todos aprendíamos de todos.

Ha llegado el día en que el hijo volará a otro nido. Se ha enamorado y ello lo hace aún más hermoso. Amará a su esposa en base al ejemplo recibido; él también un día estará anhelante esperando su propio retoño y sabrá que lo que un día fue una esperanzadora aurora, mañana será un espléndido ocaso.

Cuando un hijo se casa, le vemos de todas las edades, los recuerdos se acumulan, los sueños se han cumplido, le deseamos lo mejor para él y su pareja… y muy íntimamente sentimos que comenzamos a morir un poco.

Eso no significa que cuando un hijo contrae matrimonio debamos sentarnos a esperar la muerte. Nada de eso. Un acontecimiento así debe ser el punto de partida para un recomenzar, para hacernos preguntas existenciales, para realizar un balance de nuestra existencia y con la satisfacción del deber cumplido emprender nuevos rumbos.

Hay que dejar partir al hijo para que viva su libertad, para que aprenda de sus propios errores, hay que despedirlo con alegría y optimismo pensando que su equipaje lleno de sueños le permitirá sobrellevar el futuro.