Navidad y consumismo

La navidad nació para reemplazar la fiesta de la familia que por estas épocas celebraba la antigua Roma; y en verdad se ha quedado como la fiesta familiar por antonomasia.

Los latinoamericanos nos reunimos a celebrar, pero prácticamente nadie tiene en mente la razón por la que el cristianismo instauró esa festividad: es un motivo más para reunirnos, algunos cantan villancicos, otros entonan canciones de navidad de todos los tiempos, otros arman baile para quemar las altas calorías que ingerimos en estos días.

He telefoneado a muchas personas, pero a la mayoría las he sentido un poco tristes, fatigadas y algo decepcionadas por carecer de suficiente dinero para colmar de regalos no solo a sus familiares sino también a sus amistades.

Es que navidad es sinónimo de consumismo. Desde Noviembre ya comienza el “bombardeo” de propagandas alusivas a posibles obsequios que se puedan ofrecer, desde un libro, hasta un automóvil, pasando por pasajes para viajes, estadías en un lugar paradisíaco o remedios milagrosos para bajar de peso, etc.

Salir de compras en estos días, así sea para comprar algo que ha hecho falta para la ensalada, es una locura: el tránsito se pone caótico, los centros comerciales están tan abarrotados de gente que ni siquiera hay cómo caminar tranquilamente, las personas se debaten entre la ilusión y la amargura de no poder comprar más y más.

Con tiempo podríamos elaborar hermosas tarjetas con motivos que le agraden a cada persona que la vaya a recibir, un dibujo es algo muy personal, mientras lo hacemos abordamos al maravilloso mundo de la fantasía; o sea que estamos obsequiando amor, ternura y millones de pensamientos positivos.

Salgo de aquí, mi familia me espera. ¡Felicidades!

La pobreza en el mundo

Cuando vamos a algún centro comercial nos damos cuenta de la enorme cantidad de productos que en realidad no necesitamos y sin embargo miles de personas están dispuestas a obtenerlos aunque sea en detrimento de su propio sustento. Analizando este fenómeno, parecería que no existieran desposeídos y eso está a años luz de la realidad.

Una de las lacras más grandes de nuestro tiempo es la condición infrahumana, la severa pobreza en la que viven millones de personas en todo el planeta. Se trata de una especie de herida profunda que sufre la sociedad cuando la mayoría de su gente carece de ingresos económicos, o éstos son muy precarios y los lleva a sufrir día a día algunos tipos de deterioros.

Por lo general estas personas viven en lugares en donde no llega el agua potable, este hecho ocasiona que sobrevengan enfermedades por falta de aseo. Pero todo llega en cadena, si los desposeídos enferman, ellos no tienen acceso a servicios de sanidad.

Todo se agrava aún más cuando tampoco existe en los lugares miserables donde se asientan, alcantarillado o servicios mínimos de comunicación y educación.

A nivel mundial, la pobreza tiene muchas causas históricas como las guerras, el colonialismo, la esclavitud, y las invasiones. Posteriormente las políticas gubernamentales no han hecho nada por mejorar la calidad de vida de sus conciudadanos, muchos políticos viven y gobiernan como si sólo habitaran multimillonarios en sus países.

La tierra posee más de 6.400 millones de habitantes, de los cuales 2.614 millones viven con menos de dos dólares al día. Pero preocupa aún más que 1.015 millones de seres humanos traten de sobrevivir con menos de un dólar diario.

Todos conocemos que muchas naciones han estado siempre entre las menos desarrolladas del mundo, aunque se hayan gastado en ellas billones de dólares de supuesta «ayuda». Digo supuesta porque al parecer esos capitales jamás han llegado a quienes los necesitan, sino que se han desvanecido entre las manos de funcionarios corruptos que sólo piensan en su propio beneficio.

Han existido a través de la historia diferentes maneras de gobernar y hacer política, hasta el momento no ha habido una ideología que no posea sus inconvenientes: para muchos el capitalismo tendría la culpa de la pobreza pues las trasnacionales menguan el crecimiento de las empresas nacionales; sin embargo, a mi entender, son generadoras de empleo que contribuye a llevar bienestar a la ciudadanía. Respecto del socialismo se ha comprobado que tampoco es la panacea, por el contrario, aquellos países inmersos en ese sistema terminan generalizando la miseria en donde se instaura. Quizás la doctrina social de mercado, el sistema alemán podría ser la tercera vía.

Pensar que ciertos gobiernos autodenominados “revolucionarios” van a terminar con la pobreza, es una entelequia. Ésta no se acaba con limosnas. Eso sólo se lo creen aquellos pobres seres de mente reducida. Por ahí hemos visto algunos ejemplos.

Los derechos humanos de personas como Nicolás Castro y Jerónimo Uribe

El 10 de diciembre ha sido escogido para conmemorar el día de los Derechos Humanos, pues un día como este, en 1948, la ONU los proclamó para ser puestos en práctica en todos los países miembros.

Siempre he pensado que todo el contenido de la Declaración Universal de los Derechos Humanos es algo muy relevante, habla mucho de la dignidad humana y de sus buenas intenciones; pero en la práctica todo eso es una entelequia.

Hace algunos días me conmovió una noticia que no deja por eso de tener dos fases bien delineadas: la manera tan acelerada con la que procedió la Justicia colombiana; y la estupidez con la que pueden actuar chicos que aparentemente son sanos e inteligentes.

Nicolás Castro, un chico de 23 años, estudiante de la Universidad Jorge Tadeo Lozano de Bogotá, al parecer creó o participó en una página de Facebook en la que amenazaba de muerte al hijo menor del Presidente Uribe, por tal motivo ha ido a parar con todos sus huesos y su cabeza dura a la cárcel. Tras ocho horas de audiencia, el juez 14 con funciones de control de garantías le dictó medida de aseguramiento al joven por el delito de instigación para delinquir agravado.

He visto muchas páginas en Internet en apoyo a dicho estudiante, la policía colombiana, con justa razón debido a lo que vive a diario el país, ha creído que Nicolás tiene nexos con grupos subversivos, pero no he leído que la Fiscalía lo haya estado investigando, ni haya pasado por el llamado “debido proceso”, muy necesario para no pisotear los derechos del acusado.

Cualquier tipo de amenazas, aunque estas vayan de un grupo de estudiantes sin oficio, y aleguen que sean bromas, constituyen delito pues han sido hechas desde la clandestinidad, amparándose en el aparente anonimato de Internet. Afortunadamente ya existen herramientas para poner al descubierto a esas personas, que, aunque sea por juego no dejan de preocupar y poner en jaque la tranquilidad de los hogares de los amenazados.

Quince años podría estar enfrentando este joven universitario recluido en la cárcel La Picota, de comprobarse su participación delictiva y de acomodarse su conducta a algún delito, que según expertos en la materia, no está contemplado en ninguna parte del Código Penal Colombiano”.

Este asunto debería servir de ejemplo a cientos de jovencitos que se dedican a molestar a otras personas vía Internet, o que insultan, denigran y hacen gala de malos modales en los foros de los periódicos.

Espero que el castigo que reciba Nicolás sea acorde con sus acciones. El juez no debe dejarse intimidar porque el amenazado haya sido el hijo del Presidente; hay que respetar el derecho que le asiste al infractor; pero también, con cabeza fría hay que pensar que Jerónimo Uribe también tiene derecho a vivir tranquilo.

Me pregunto: si la justicia en este caso ha sido tan veloz, ¿por qué no tiene presos a quienes han amenazado a miles de personas que en este momento se encuentran desplazadas o desterradas por el temor?

NO, a la privatización de las playas

A comienzos de octubre, el presidente Álvaro Uribe anunció la intención de entregar en concesión las playas de Cartagena, ciudad que sería escogida como piloto para ese proyecto. Se pretende que un operador privado se encargue del manejo de determinadas zonas de playa.

Me parece estupendo que el Presidente quiera poner normativas a ciertas cuestiones, pero se ha olvidado que las playas y las franjas de bajamar son bienes de uso público del Estado que no pueden ser objeto de adjudicación por formar parte del espacio público, por consiguiente, sería absurdo privatizar su uso. Eso sería correcto, quizás en una isla desierta, pero en Cartagena de Indias en donde se notan las mayores desigualdades de la población, eso no tiene sentido.

Si los vendedores ambulantes salieron a protestar, tienen razón, ellos carecen de un empleo decente para llevar el sustento a sus hogares; así que lo que debe hacerse es ponerles casetas, enseñarles ciertas normas de cortesía para que los turistas no se sientan atosigados por la cantidad de ofertas y darles facilidades para cumplir sus labores, por ejemplo ponerles baterías sanitarias, basureros y acceso a agua potable.

Una de las obligaciones del Estado es impedir que se obstruya o se restrinja la libertad económica; debe controlar y evitar cualquier abuso que personas o empresas hagan de su posición dominante.

Aunque el anuncio no haya sido muy claro, me adelanto a decir que no se puede de un plumazo echar a esa pobre gente que trata de ganarse la vida. Las autoridades pueden poner una especie de policía de turismo para que cuide el área de Boca-grande y todos esos sectores a donde llegamos los visitantes. También podrían tratar de darles algunas charlas a los vendedores ambulantes sobre el manejo que hay que darle a las playas pues si los turistas se van satisfechos, vuelven o pasan la voz de las bondades de los cartageneros.

Si el presidente Uribe piensa privatizar los espacios públicos, va a llegar el día que disfrutar del baño en un río, escalar una bella montaña, caminar por un sendero ecológico, contemplar un hermoso paisaje, juguetear en alguna playa con nuestra familia… sólo sea posible mediante el desembolso de cierta cantidad de dinero.

¿Y el estado social de derecho qué?