“La, la land”, o “La ciudad de las estrellas”



 Voy a expresar mi propia visión acerca del film “La, la Land”. No soy comentarista de cine, ni especializada en séptimo arte, simplemente lo observé y expongo mi criterio al respecto.

 Damien Chazelle, su joven director, ha demostrado su pasión por el cine; aunque el guión sea simple, he sentido que cada minuto era una especie de regalo, me contagié de entusiasmo, me enamoraron los protagonistas, los escenarios, las luces, los colores, los efectos especiales.

 La música se ha quedado en mi mente; me ha parecido genial ese mensaje tácito de "atrévete a soñar y lucha por ello". Me ha envuelto la magia de las imágenes, de los sonidos y recuerdos de la gran pantalla. Esa frase sobre Los Angeles "se rinde culto a todo y nada se valora", es muy triste porque al parecer podría ser real y para mí significa que tendrían que esforzarse más las nuevas generaciones para que subsista por mucho tiempo el buen cine.

 

“La, la land” es una continua sucesión de cambios, ensueño y realidad. Si el espectador esperara grandes números musicales, claqué, ver más de la ciudad de Los Angeles o ahondar en esa relación romántica, mejor que se prepare para observar algo diferente. No es una obra maestra, pero sí una película excelente que ha conectado con el público, sobre todo con aquellos que navegamos entre sueños e infelicidades.



Los efectos visuales y sonoros son magníficos. Hay escenas rutilantes, otras leves: La coreografía apoteósica en un embotellamiento en una autopista, conversaciones solitarias junto a un piano; los conciertos multitudinarios, lágrimas en el escenario de un teatro vacío. Lo más insignificante resplandeciendo escondido en el Planetario del Observatorio Griffith de Los Ángeles con una escena de baile en un especio sin gravedad.



El final nos hace recordar que la vida puede ser una sucesión de renuncias para alcanzar nuestros sueños. O que habría que desistir a los logros para llegar al amor pleno. Estoy segura que los vínculos creados por la música son indestructibles.