El péndulo de Foucault






La primera acepción que ve un estudiante cuando se encuentra con la expresión “el péndulo de Foucault” es aquella que se refiere un péndulo esférico que puede oscilar libremente en cualquier plano vertical y capaz de oscilar durante muchas horas. Se le dio ese nombre en honor de su inventor, León Foucault. Dicho péndulo se utiliza para demostrar la rotación de la Tierra. Con él se hizo la primera demostración pública de la rotación de la Tierra, a mediados del siglo XIX.

Hoy me voy a referir a la obra de Umberto Eco titulada “El péndulo de Foucault”:


Leí el libro en el año 2000 y me sentí realmente ignorante pues desconocía muchísimos términos allí escritos lo cual me hizo pensar en que la originalidad de la obra procede de la alta erudición del autor y de su habilidad para organizar multitud de datos de una excelente investigación. Elaboré un glosario de términos y cinco años más tarde volví a leerlo con mejores resultados.

Don Umberto Eco ha reunido aquello de su propio oficio de profesor de Semiótica con los principales tópicos de historias-ficción sobre druidas, masones, templarios, o de literatura esotérica.

El libro me introdujo en un universo diferente con citas de libros esotéricos en el plano del contenido y 120 citas al comenzar cada capítulo: Dante Alighieri (Divina comedia), Miguel de Cervantes, William Shakespeare, Maurice Leblanc (Arsenio Lupin), Julio Verne, Raymond Chandler (Marlowe), Samuel Dashiel Hammett (El halcón maltés, detective Sam Spade), Jorge Luis Borges (El golem) y muchos otros.

El argumento puede explicarse así: tres intelectuales llamados Belbo, Casaubon y Diotallevi inventan para divertirse un supuesto “Plan de los templarios”, con la intervención posterior de rosacruces, jesuitas y demás sociedades secretas, para dominar el mundo gracias a un uso increíble y creativo de las corrientes telúricas subterráneas. Desafortunadamente el plan se les va de las manos cuando un erudito hermetista llamado Agliè, presunta encarnación del legendario conde de Saint-Germain, se toma ese juego en serio.

Personajes principales:
Pim Casaubon: joven entusiasta e innovador que relata la historia.
Jacopo Belbo: mayor que Casaubon. Hombre solitario lleno de recuerdos de su infancia y adolescencia. Trabaja en la editorial Garamond, convence a Casaubon para que se una al equipo.
Diotallevi: elemento clave en la editoril; asegura ser descendiente de hebreos.
Abufalia: nombre dado por Belbo a su ordenador.
Agliè: personaje pintoresco quien pretende haber encontrado la piedra filosofal.
Amparo: compañera de Casaubon durante su estancia en Brasil.
Bar Pilades: lugar de encuentro de los personajes.
Lía: la dulce e inteligente compañera sentimental de Casaubon y madre de su hijo.
Lorenza Pellegrini: el eterno y escurridizo amor de Belbo.
Señor Garamón: dueño de la editorial homónima y de Manuncio. 

El Péndulo de Foucault me sugiere una agradable excursión guiada por el inquietante territorio de lo desconocido; he de volver a leerlo pues cada vez me ha dejado excelentes impresiones, he quedado realmente fascinada.



Sentimientos difíciles de arrancar



Hoy he hallado en mi blog la huella de la grata visita de alguien llamada “Noche oscura”. Me dio curiosidad y hace un momento he pasado a ver de qué habla o cuáles son sus inquietudes, ello me ha llevado a escribir lo siguiente:


En su escrito “Enigma” dice que “El enigma de la vida está en buscar el propio sol dentro del propio corazón y para ello hay que irse dónde sea”.

¿No es eso acaso una contradicción?

Para mí ella tiene razón en la parte primera de la frase puesto que en nuestro interior tenemos, de alguna manera, las respuestas a nuestras inquietudes; es esa fuerza la que nos ayuda a salir de muchos problemas y a sobrevivir en la adversidad si sabemos utilizarla.


En cuanto a olvidarse de nuestros sentimientos sé que se trata de una tarea titánica pues son algo que llevamos muy dentro, en nuestra esencia; pero no es imposible.


Los sentimientos más difíciles de arrancarnos son el amor por alguien muy especial, el dolor por la partida de un ser querido y la pérdida de un hijo:


Si se marchara alguien a quien amamos o si se acabara el amor unilateralmente por el otro haber comenzado una relación con otra persona, ello nos causaría una gran tristeza.


Igualmente si desapareciera un familiar, amigo o persona que haya compartido mucho tiempo con nosotros, nos llenaríamos de una profunda melancolía, pero nada comparable con la pérdida de un hijo; mi Dios nos ampare.


Pero estoy convencida que no podemos permanecer mucho tiempo hundidos en ese sentimiento de abandono que produzca esa pena. Precisamente ese sol que ciertamente llevamos dentro, es nuestra anergía positiva, la cual nos ayuda a salir airosos de la melancolía para no llenar de pesar a las personas que nos rodeen.

Posiblemente algunos tengan que recurrir a un Psicólogo o amigo que les ayude a encontrar nuevamente la paz y la alegría de vivir, pero lo importante es no llenarse de sentimientos negativos y no querer desprenderse de ellos; ello fuera un auténtico desastre.