La espera en el aeropuerto


Estar algunas horas esperando que el mal tiempo pase para iniciar un viaje, o que los miembros de alguna compañía aérea se pongan de acuerdo en sus controversias laborales para que reanuden los vuelos, es algo que a muchos no ha tocado pasar y no es algo agradable. ¿Cómo será el tormento de no poder salir de un aeropuerto por controversias políticas?

Roque Pérez, un disidente cubano de 40 años, permaneció varado 53 días en el aeropuerto Juan Santamaría de la ciudad de San José (capital de Costa Rica) esperando conseguir asilo político.

Al llegar a Costa Rica, dicho señor aseguró ser perseguido por el régimen de La Habana debido a su participación activa, con otros disidentes agrupados, en una iniciativa llamada Proyecto Varela.

El pasado lunes 26 del mes en curso, salió la resolución ministerial que aplicó sobre Roque el artículo 2 de la Convención sobre los Refugiados, de 1951, que recomienda otorgar el refugio a quien tenga temores de ser perseguido por motivos políticos.

Esa noticia me hizo recordar una película del director Steven Spielberg quien plasmó en su filme “La Terminal” la historia de Viktor Navorski, un ciudadano de una nación de Europa del Este que se quedó bloqueado en un aeropuerto de Nueva York, al declararse un golpe de estado en su país. A la espera de que la situación en su país se normalizara y no pudiendo entrar en los Estados Unidos, Navorski se vio obligado a vivir en la sala de tránsitos internacionales. “La Terminal” es una película basada en la historia real de un inmigrante iraní que tuvo que permanecer en el aeropuerto parisino Charles de Gaulle.

Pero lo que sucede en la vida real no es tan mágico como lo de las películas. Durante más de siete semanas, los allegados de Roque y una fundación experta en derechos humanos realizaron gestiones para conseguir resolver su situación. También hubo presión de la Defensoría de los Habitantes y de otros grupos que recalcaron sobre la carencia de libertades políticas a la que se enfrentan los cubanos ajenos al aparato estatal de La Habana.

Roque llegó el 4 de diciembre con un pequeño equipaje, en el mayor de los anonimatos y con un plan calculado. Ahora más delgado (con 10 kilos menos), considera simbólica su historia, que comenzó con una carta de invitación a Ecuador y terminó cuando una paramédica llegó este lunes a hacerle la última revisión con la noticia en la mano: adiós al aeropuerto.

En las noticias nadie ha contado cómo sobrevivió este cubano, el sector que existe entre inmigración y la salida de todo aeropuerto, no es precisamente el más concurrido. Sólo gente que llega ansiosa de sellar los pasaportes, recoger sus maletas y seguir su camino. Los restaurantes, almacenes y otros se encuentran a la entrada de la Terminal; pasado los controles de emigración se vuelven a encontrar locales comerciales, principalmente los que tienen exención de impuestos, luego los últimos controles y las salas de espera para embarcar.

Al parecer a Roque Pérez le ayudó a sobrevivir el anhelo de libertad que es inherente al ser humano. Aquí cabe preguntarles a quienes promueven el socialismo de Castro, si estarían dispuestos a vivir en la miseria, a dejar que otros decidan por ellos, a ver vulnerados todos sus derechos…

¿O quieren hacernos creer que tantos disidentes cubanos, sólo salen de allí por cambiar de clima?

Obama y las esperanzas electorales


El discurso de posesión del nuevo presidente estadounidense ha sido una suerte de meditación sobre los valores y su fuerza. Lo escuché como una combinación de realismo y visión, de pragmatismo e ideales, un compendio de la herencia revolucionaria y la evocación de las enseñanzas de los ex-presidentes Jefferson, Kennedy, Reagan.

Para sus electores y posiblemente para todo el mundo, el nuevo mandatario es una esperanza en un escenario un poco dramático por la situación económica, él mismo lo ha dicho, recibe un país lleno de nubarrones.



El señor Obama se refirió al pasado, ello le permitirá encontrar en un terreno conocido, algo grande que le ayude a afrontar los nuevos desafíos. En todo eso hay otra posibilidad pues las circunstancias actuales son completamente diferentes a las de 1929.

El mandatario expresó claramente que "la esperanza se impondrá al miedo" y que "la voluntad común se impondrá al conflicto y al desacuerdo" y está muy consciente de que no será fácil, que será preciso mucho trabajo de todos; enormes cambios de actitudes y la recuperación de algunos viejos valores sepultados por la filosofía de la opulencia y el todo vale.

Su tarea es difícil e inmensa, pero no imposible, y él lo sabe.

El presidente Obama se dispone a abrir una nueva etapa de la historia estadounidense. Dijo que "los desafíos que tenemos por delante son reales, son serios y son muchos. No podremos resolverlos ni fácilmente ni en un corto periodo de tiempo".

"Nuestra capacidad", añadió, "se mantiene intacta. Pero el tiempo de quedarse quieto, de proteger intereses estrechos o de relegar las decisiones incómodas, ese tiempo, seguramente, ha pasado. A partir de hoy, tenemos que ponernos de pie, reinventarnos y empezar otra vez el trabajo de rehacer América". Eso vale para ponerlo en práctica en todo el orbe.

Con mucho realismo habló de la necesidad de abrir las mentes a nuevas soluciones, que la prosperidad dependerá de la capacidad de cada uno para extender las oportunidades, que los valores como el trabajo duro y la honestidad, el coraje y el juego limpio, la tolerancia y la curiosidad, la lealtad y el patriotismo son cosas viejas, pero son asuntos de verdad, que no hay que dejarlos de lado pues han sido el motor callado del progreso a lo largo de toda la historia y que han perdido vigencia frente al relativismo y la abundancia.

Un discurso muy sabio, aplicable, como ya lo dije para las situaciones de cualquier parte. En mi opinión, dejando a un lado la parte ética del discurso de posesión, lo mejor que ha expresado ha sido: "Comprendemos que nuestro poder por sí solo no puede protegernos ni nos da el derecho a actuar como nos dé la gana. Al contrario, nuestro poder crece cuando lo usamos con prudencia, y nuestra seguridad emana de la justicia de nuestra causa y de la fuerza de nuestro ejemplo".

“Aquellos que llegan al poder por medio de la corrupción y el callamiento de su oposición, sepan que están en el lado equivocado de la historia, pero que les extendemos nuestra mano si quieren abrir el puño".

Espero que no se olvide de ello, que mi Dios le ayude en la dura prueba que tiene que enfrentar y pueda demostrar que no es sólo un hombre de retórica sino también de acción.

El cumpleaños de un hijo


Sin duda alguna lo mejor que me ha sucedido ha sido ser mama. El tiempo de espera es maravilloso; el nacimiento y luego tener al hijito en los brazos es lo más grandioso que le pueda suceder a un ser humano.

Pero el asunto no queda ahí, luego de dar a luz, viene una época en que todo es ternura, los primeros cinco años no sólo son los años felices para el niño sino para sus padres. Para el primero porque aún carece de obligaciones serias en el estudio y para sus progenitores pues nada puede hacernos más dichosos que la felicidad de nuestros retoños.

No existen palabras adecuadas para expresar la enorme alegría de las primeras sonrisas del bebé, sus primeras palabras, sus primeros pasos, su aprendizaje, su cariño, sus travesuras y su apego.

Ver crecer a los chicos, observar día a día su transformación es un regalo maravilloso, como lo es cada uno de sus los logros, de su vivencias, de sus gestos llenos de amor para la familia.

Cumplir la hermosa tarea de enseñarles muchas cosas necesarias para la vida, encaminarlos por la senda de la responsabilidad y llevarlos rumbo a su autosuficiencia ha llenado mi vida de dulces expectativas y de la alegría de recibir su afecto. Los hijos son regalos divinos.

Cada vez que un hijo cumple años, lo veo desde el instante de su nacimiento y en mi mente pasa como película cada momento, cada etapa de su hermosa existencia. El próximo lunes es el aniversario del nacimiento de mi hijo mayor, él sabe cuánto lo quiero y también es consciente del cúmulo de bendiciones que pido para él: es un ser excepcional.

Esto va para él:

Si alguna vez te sucediera algo que te parezca doloroso, injusto u horrible, debes entender que a todos nos sucede y son asuntos que si no los superáramos, jamás podríamos realizar nuestro potencial, nuestra fuerza interior o el poder de la mente y de nuestro corazón.

Todo sucede para dejarnos una enseñanza, para ayudarnos a enriquecer nuestra mente: las enfermedades, la partida de un amigo, el amor, las heridas, la lejanía de un ser que amemos, los momentos de triunfo o de pérdida; todo eso ocurre para poner en jaque nuestros límites.

Sin esas pruebas la vida sería como una sinfonía jamás interpretada, o como dejar un lienzo en blanco, sin las pinceladas que le den forma, color y belleza.

Las experiencias agradables son muy lindas, pero quizás sean más significativos en nuestra existencia los tropiezos, de ellos sacamos grandes experiencias, pues lo importante no es, no haber caído nunca, sino levantarnos cada vez que caigamos.

Feliz cumpleaños, mi querido hijito.

Buscar el diálogo en Oriente Medio



¡Protesto por el ataque bárbaro que Israel le ha inflingido al pueblo palestino!

Los israelíes deberían buscar el diálogo entre los gobiernos, pues es muy probable que los intereses de los individuos del grupo “Hamas”, puedan ser diferentes de los de su comunidad, incluso opuestos.

En el diálogo deberían participar los afectados por la decisión final. Si fuera imposible que todos participen, como es obvio, debe haber alguien que represente los intereses de los que no puedan estar presentes.

Si las partes están interesadas en encontrar una solución duradera y justa, deberían buscar una forma de entenderse con su interlocutor. Ello no significa lograr un acuerdo total, pero sí descubrir todo aquello que tienen en común; lo primero: bajar las armas.

También los israelíes deberían pensar que, a pesar de que la ONU les haya concedido un trozo de tierra en territorio palestino, no deben olvidar que esa fue una dádiva, no una patente de corsario para apoderarse de todas las tierras y someter a sus habitantes.

No son la imposición y la violencia los medios racionales para defender lo que creamos que sea verdadero y lo justo, o para resolver con supuesta justicia los conflictos.

El primer ministro israelí, Ehud Olmert, habló el domingo por televisión para asegurar dos cosas contrapuestas, la una, "este operativo es inevitable", (claro, para mejorar su imagen en vista de una elecciones próximas). "El pueblo palestino no es nuestro enemigo y nuestros únicos blancos son los terroristas de Hamas". (Ah, ¿sí? La mayoría de las víctimas mortales son mujeres y niños).

Me solidarizo con todos aquellos que estén sufriendo, por aquellas madres que ven morir a sus hijos en una guerra absurda, y por los millones de personas cuyo pan cotidiano es el miedo, el dolor y la violencia.

Noche vieja y año nuevo

Otro año que queda atrás, mil momentos que recordar, otro año mis sueños van hechos realidad…

Despedir un año y recibir otro ha constituido un momento de muchas expectativas y alegría a lo largo de la historia. Cada país tiene sus costumbres, pero lo que hace especial esta celebración es que en la mayoría del mundo, la gente la siente como un maravilloso punto de partida para volver a comenzar, para retomar proyectos abandonados, para replantearse su vida.

Muchos hacen promesas o piensan que el nuevo año ha de ser propicio para enmendar malos hábitos, arreglar situaciones afectivas o tener mejores oportunidades de trabajo.

Existe un gran número de rituales o cábalas que la gente practica de acuerdo a su cultura, a sus costumbres o a su religión. Todo eso me parecen situaciones llenas de fantasías, pues realmente el hecho de pasar de un año a otro lo que se nos acumulan son las obligaciones como las de matricular nuevamente a los chicos, a los autos; pagar los impuestos de la vivienda, el de la renta y otros.

Las promesas de fin de año, son eso y nada más. Acerca de las cábalas, respeto mucho a quienes crean esas cosas, si eso les hace felices me alegra. No creo en ceremonias raras, ni en agüeros o ritos extraños.

Naturalmente dichos ritos no hacen daño, creo que ellos cumplen una función social, comercial e individual: social pues si las personas están tranquilas, su comportamiento redunda en favor de la paz; comercial puesto que el marketing ha conseguido que se popularicen ciertas ideas para cuya realización sea necesario comprar algunas cosas; e, individual porque la gente se desahoga, al menos por un momento, de las tensiones y situaciones negativas.

¡Feliz año!