Atentados terroristas


La población colombiana vive en constante zozobra desde hace muchos años cuando aparecieron los primeros grupos guerrilleros que con sus acciones se convirtieron en terroristas pues terrorismo no es otra cosa que realizar acciones que causan la angustia o terror general.

Son muchos los que creen que ese tipo de acciones únicamente son llevadas a cabo por extremistas islámicos, pero no es verdad, sólo hay que recordar que Irlanda, España y otros países han sufrido en carne propia ese tipo de acciones y no fueron realizadas por el tipo de personas señalado.

Ya son incontables los atentados que han perpetrado los grupos armados colombianos. Es tan grave quitarle la vida a los secuestrados como activar una bomba así sea en un municipio alejado o en la capital. Ciertos países que han tenido la fortuna de no tener este tipo de problema creen que lo que tenemos en Colombia son grupitos de personas que luchan por ideales sociales.


Nada más lejos de la realidad, pues si fuera cierto que los alzados en armas tuviesen la mira en el bien de la sociedad, sobretodo la desfavorecida por la fortuna, no asesinaran a los campesinos y no existieran miles de conciudadanos desplazados. Con ello, no solo sufren los familiares de las víctimas sino que sus acciones van dejando el agro sin manos.

El gobierno colombiano había comenzado las conversaciones para el intercambio humanitario de secuestrados y creo que lo más obvio es que dentro de ese diálogo estuviese estipulado el cese de hostilidades de parte y parte. Pero al ocurrir un grave atentado en el corazón de la capital, aunque éste no haya dejado víctimas; ha profundizado gravemente la distancia entre las autoridades y los insurgentes.

Lo peor de todo ha sido la posterior salida del señor presidente a expresar, sin pensar en las consecuencias, que: "El único camino que queda es el del rescate militar de los secuestrados".
¿Puede y es conveniente que el presidente de la República
hable tan emotivamente sin reparar en las consecuencias?

Si bien es cierto que el efecto del atentado ha debido ser devastador para las esperanzas gubernamentales, no es menos verdadero el profundo dolor que deben haber causado las expresiones del señor Uribe a los familiares de los plagiados.

¿Cuál es el trasfondo de todo esto?
¿Qué grupo guerrillero o paramilitar se ha adjudicado el hecho?

¿Por qué señalar a un grupo en especial si según el fiscal General, Mario Iguarán no hay pruebas sobre autoría de ese ataque?

¿Por qué cerrar las puertas al diálogo cuando los secuestrados y sus familias sentían en sus corazones la alegría esperanzadora de un mañana en libertad?

De otra parte, me pregunto ¿por qué el gobierno ha pensado canjear 58 secuestrados por 500 insurgentes?

¿Acaso los levantados en armas valen más que el resto de la población?

¿Qué clase de acuerdo humanitario es ese?

Si inmediatamente el presidente Uribe salió a pedir ayuda a la comunidad internacional para rescatar a bala a los secuestrados, ¿no da eso para pensar que hay un trasfondo en la respuesta presidencial?

¿Por qué habrían de meterse en ese lío los foráneos si es un problema ciento por ciento colombiano?

La tortura


En todas las reuniones, especialmente cuando no hay temas trascendentes en el ambiente, alguien comienza a decir que estamos en una época de grandes cambios. Nada más lejos de la verdad pues la humanidad sigue sumida en la violencia, el sometimiento y la confusión.


El diario El Mundo del jueves anterior publicó extractos de un reportaje de la periodista rusa Anna Politkovskaya, asesinada el sábado 7 del presente mes. En él observé algunas imágenes de horror de chechenios torturados. La tortura ha sido una práctica desde la antigüedad, alcanzó su cenit con la Inquisición y no ha terminado a pesar de las campañas emprendidas en busca de un trato digno a todos los seres humanos.

La Declaración Universalde los Derechos Humanos aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948 y supuestamente sus Estados miembros no sólo debían publicarlos, procurar que todos los ciudadanos los conozcan sino también ponerlos en práctica. Si el artículo 5 de esa declaración dice: "Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes."

¿Por qué noticias como los de Abu Ghraib, Bagdad, Guantánamo, Chile en época de Pinochet, Chechenia, República Democrática del Congo, etc?

Ha habido convenciones para tratar de poner fin a la tortura, y como siempre han llegado a maravillosos acuerdos:

"1. Todo Estado Parte tomará medidas legislativas, administrativas, judiciales o de otra índole, eficaces para impedir los actos de tortura en todo territorio que esté bajo su jurisdicción.
2. En ningún caso podrán invocarse circunstancias excepcionales tales como estado de guerra o amenaza de guerra, inestabilidad política interna o cualquier otra emergencia pública como justificación de la tortura.
3. No podrá invocarse una orden de un funcionario superior o de una autoridad pública como justificación de la tortura."

¿Quién da cumplimiento a esas bellezas?


La crisis educativa en América Latina


Cuando los políticos están en campaña, son realmente personas muy encantadoras, sobretodo al momento de enumerar sus promesas electorales y coincide que dentro de la enorme lista que muchos se atreven a exponer siempre hay la “intención” de mejorar los programas educativos y el salario de los maestros.

A pesar de que en muchos países la cobertura educativa ha aumentado y se han hecho esfuerzos para aplicar una reforma curricular de acuerdo a las necesidades de la humanidad frente al tercer milenio, el dominio cognoscitivo o dominio efectivo o sea el análisis, comprensión, memoria, aplicación, síntesis y juicio es desastrosamente insuficiente.

Sucede que en muchos lugares los profesores no tienen los conocimientos, ni las motivaciones necesarias para llevar a feliz término el proceso. Hay quienes a duras penas sacaron una licenciatura y después no se han actualizado. Conozco a alguien que fue vicerrector por algunos años de un prestigioso colegio y no tiene ni idea de cómo se maneja un ordenador.

De otro lado a los estudiantes les falta disciplina, responsabilidad, honestidad y deseos de superación. No se puede optar por el facilismo. Quien desea aprender debe leer e investigar mucho, no quedarse con lo que le diga el profesor. Hay chicos que juran que están al día en sus deberes escolares y la han pasado viendo televisión, eso es engañarse pues la persona en formación es la que principalmente necesita de sus conocimientos académicos para forjarse un porvenir decente.

El hogar debería ser el primer ámbito en donde el individuo aprende a expresarse correctamente, a entender la idea de cantidad y otros conocimientos simples que le permitan comprender mejor a su profesor cuando inicie la escolaridad. Estoy segura que ello aumentará sus probabilidades de éxito educativo en los años posteriores.

La baja calidad de la educación lleva a la mediocridad. Existen doctores con una redacción y ortografía pésimas, gente que ha tenido un alto nivel educativo que desconoce las cosas más simples de cultura general y lo peor es que, amparados en sus títulos universitarios expresan gran cantidad de absurdos y cuando se ven descubiertos juran que eso lo leyeron en cualquier lugar de Internet.

La principal reforma educativa en nuestra América Latina debería basarse en principios de libertad, autoridad responsable, respeto, valores y en la búsqueda de la verdad científica que no solo enriquezca técnica y profesionalmente sino también espiritualmente.

El software para lenguas minoritarias


Hace algunos días leí una noticia acerca que Windows sería traducido al dialecto Wayú (lengua aborigen de uno de los tantos grupos indígenas que existen en el territorio colombiano). Supuestamente Bill Gates desea contribuir con la educación de sectores minoritarios que viven en la extrema pobreza. Ese señor tiene que saber que la informática debe ser una herramienta y no un fin para mejorar los procesos educativos.

Sé que en junio pasado los habitantes de El Cuzco, en Perú y en agosto los bolivianos recibieron software en quechua, pero son comunidades mucho más grandes. Supuestamente se beneficiarían 400 mil personas con los programas en Wayú y me temo que se trata de un grupo muy pobre y analfabeta.

¿No sería mejor que el señor Gates les ayude primero a salir de la indigencia y después sí trate de extender su monopolio en ese sentido?

Según versión del diario El Mundo del 31 de octubre de 1998 los catalanes tendrían a partir de diciembre de ese año la versión del Windows 98 en su propio idioma, pero le costó 520.000 dólares a la Generalitat de Catalunya, que asumió
aproximadamente el 80% de los gastos de traducción y el 20% de gastos de logística y otros corrió a cargo de Microsoft.

¿Acaso Bill Gates hará un programa gratuito para esa comunidad sólo por el placer de monopolizar hasta la posible digitalización de la selva?

¿Quién les dará los ordenadores, la conexión a Internet y la capacitación necesaria para que, por lo menos los niños y adolescentes puedan beneficiarse de las nuevas tecnologías como magnífica herramienta pedagógica que luego redundará en el desarrollo cultural de su región?

No es que esté en desacuerdo con el hecho que un multimillonario piense en fabricar software para lenguas minoritarias, lo que no termina de convencerme es que se piense llevar cierto tipo de tecnología a gente que carece de lo más elemental para vivir decentemente sin pensar que primero hay que ayudarlos a salir de la miseria.