Los abuelos manipulados

Algunas de las personas que tienen nietos aseguran que su relación con ellos es hermosa y que no conciben su vida sin esos pequeños seres que no solo les brindan cariño sino muchos momentos de alegría.

Cuando los seres humanos hemos criado a nuestros hijos, les hemos atendido, amado y llevado hacia su autosuficiencia, pensamos que ya hemos cumplido con ellos, con la naturaleza y con la vida misma; ese sería un momento para comenzar a pensar en nosotros, para emprender nuevas empresas, realizar aquello que hayamos relegado por cumplir otras obligaciones y en definitiva para existir sin presiones de tipo alguno.

Si los hijos forman su propio hogar, son ellos quienes tienen la obligación legal y moral para sacar adelante a su prole.
Es posible que de vez en cuando pidan a sus padres cuidar por unas horas a sus niños, pero no hacer de esto una costumbre.

He visto que existen los abuelos felices, que a diario hacen gimnasia, comparten con sus amistades, viajan y ocupan su tiempo como les parezca;
pero también están aquellos que se les ve muy fatigados, que no saben qué hacer con los nietos que a diario les llevan a sus casas y que ya no saben cómo tratar pues la brecha generacional es mucho mayor.

¿Es justo que los abuelos deban criar a sus nietos?

Únicamente si la muerte de sus padres determinara ese deber.
No es justo desde ningún punto de vista que los padres de las criaturas emigren supuestamente para ganar más dinero, mientras los abuelos se hacen cargo de su descendencia.

¿Por qué ha aumentado el desamor?

Porque los padres de familia somos los encargados de darles muestras de amor a los hijos desde muy temprana edad. La ausencia de los abrazos maternales y paternales causa más estrés del imaginado; ello hace que los chicos cada día sean más agresivos, más interesados en lo material y más alejados de las buenas costumbres.

¿Por qué ha aumentado el número de chicos que se suicidan?

Porque se sienten solos, no tienen con quien conversar de sus problemas, los abuelos no poseen la autoridad suficiente para impartirles respeto por sus semejantes y su propia vida. Esos niños se sienten rechazados por sus padres.

Sé que existen abuelas que les encanta criar a sus nietos, pero ellas son la minoría, de todas maneras, las fuerzas tanto físicas como mentales ya no son las mismas, además no creo que las mujeres hayamos nacido exclusivamente para velar por criaturas propias y ajenas.

Las personas que "alaben" a sus padres diciéndoles que sólo ellos pueden educar bien a sus críos los están manipulando.

La desintegración de la familia

Se cree que una familia unida contribuye a la buena formación de la prole, sobretodo, cuando la madre se ocupa de las tareas domésticas y el padre sale a buscar el sustento mediante su trabajo. Este modelo existió un buen tiempo hasta que vino el feminismo, la supuesta emancipación de la mujer y el marketing.

El feminismo, del que puedo ocuparme en otro momento, emprendió la propagación de la idea de que la mujer también podía salir del hogar para realizar diferentes tipos de tareas según sus capacidades; cierto, pero pernicioso para las criaturas que mientras tanto se quedaban solas en casa.

Lo que llamo supuesta emancipación de la mujer fue otro punto de batalla de las feministas, pero ayudado por algo que día a día se fue metiendo en los hogares de todos: el marketing. Sí. Estoy segura que si a diario no nos "bombardearan" con infinidad de propagandas sobre productos que en verdad no necesitamos, muchísimas madres de familia prefirieran ellas mismas criar a sus hijos, en lugar de matarse trabajando en una oficina para poder comprarles lo inimaginable.
De todas maneras lo dicho hasta el momento, poco a poco se convirtió en motivo de alejamiento de las mínimas obligaciones familiares, el dinero pasó a reemplazar el abrazo cariñoso y el hogar de pronto se ha encontrado a la deriva.

Pero aunque muchos crean que el divorcio y la profesionalización de la mujer sean los culpables de la desintegración de la familia, en Latinoamérica muchos hogares se han desbaratado debido a la emigración de uno o de ambos padres los cuales emprenden grandes viajes en busca supuestamente de una mejor vida para su descendencia, muchas veces hasta mueren en el intento.
En el caso concreto de los emigrantes colombianos, la mayoría lo han hecho por miedo, por amenazas, por snobismo y algunos con miras a poder construir una mejor vivienda, comprar objetos lujosos y darse posteriomente una existencia más tranquila.

¿Vale la pena emigrar a pasar trabajos, aguantar la xenofobia y vivir miserablemente por enviar dinero para construir mansiones y llenar a los hijos de aparatos y objetos absurdos?

¿Por qué no quedarse cerca de los niños, criarlos con cariño y con la idea de que con el esfuerzo familiar se puede salir adelante sin poseer todo lo que el marketing nos brinde?

La desintegración de la familia ha traído como consecuencia el aumento de la delincuencia juvenil, la aceleración de la formación de bandas delincuenciales puesto que la criatura crece pensando que el dinero lo arregla todo, la falta de afecto, la soledad, el consumo de sustancias nocivas y el suicidio, entre otros.

Por el mes de las madres

Bien dicen que una imagen vale más que mil palabras, así que callo y doy paso a las fotografías de diferentes tipos de madres.