La última resolución de la Unión Europea sobre inmigración


En días pasados leí en la prensa sobre el revuelo que ha causado en algunos sectores latinoamericanos la válida decisión europea de poner freno a la entrada de inmigrantes ilegales.

Desde mi punto de vista no me parece mal que ese grupo de países quieran regular la oleada de gente que anhela residir allí en busca de mejores oportunidades de trabajo y otros motivos.

Posiblemente quien lea esto pueda tacharme de imperialista o de falta de sensibilidad hacia el destino que puedan correr miles de personas que serían deportadas por estar irregularmente en el sitio equivocado.

Veo las cosas desde otros ángulos: supongamos que la Unión Europea es una casa enorme, con muchísimas habitaciones para la familia, los allegados, los amigos, los huéspedes ocasionales, y de pronto unos vecinos piden posada porque sus residencias se encuentran inundadas. Todos tratarían de ajustarse lo más posible para que aquellas personas quepan también en dicha vivienda.

Pero otra gente al saber de la bondad de los dueños de casa también desea ser recibida y entra sin permiso de los dueños…

Eso es lo que sucede, quien desee viajar debe contar con un pasaporte y el visado necesario para ser bien recibido a donde vaya. Podemos verlo como si algunas personas quisieran entrar a nuestra casa. Nadie deja entrar, nadie les da paso a desconocidos; pueden ser personas maravillosas, pero también podrían ser delincuentes que acabarían con nuestra tranquilidad.


Todos somos “desconocidos” en el extranjero si no portamos la debida documentación para que las autoridades de otros países nos “reconozcan” y nos den la bienvenida.

No comparto la idea de exclusión que han dejado en el aire algunas personas cuando han dicho que la medida de la UE equivale a criminalizar la inmigración. Existen regulaciones internacionales que todos debemos respetar, de lo contrario fuera la anarquía la que reinara en el mundo entero.

Si en Latino América y África es muy grande la emigración, las autoridades gubernamentales deberían realizar campañas de concienciación para que sus gobernados no salgan del país sin los requisitos necesarios.

Si expresan que los otros han tomado medidas persecutorias estarían dando una señal equivocada a sus conciudadanos que los haría creer que no es una falta el emigrar contraviniendo totalmente la ley.

Deberían perseguir realmente a los traficantes de personas que se hacen millonarios enrumbando a gente incauta a diferentes destinos, y los llevan indocumentados o con documentación falsa.
No es bueno pasar de “listos” señalando a quienes, con razón, desean regularizar la estadía de inmigrantes o poner penas para aquellos que se nieguen a cumplir con las reglas establecidas a nivel mundial.

El castillo de Neuschwanstein es del siglo XIX




El pasado sábado recibí comunicación de mis lectores en Alemania en donde gentilmente me indicaron que el castillo que coloqué en mi bitácora (Del 26 de junio del presente año; cuando expresé mis pensamientos acerca de la esclavitud en la época medieval) no es de esa época sino del siglo XIX.

La verdad es que sí tenía en mente aquello pero no tenía a mano uno de esa época y tomé las fotos de los archivos que tengo en el ordenador. Me ha dado muchísima alegría que lean mis elucubraciones. En honor a ellos, primeramente he cambiado el castillo de Neuschwanstein por un castillo medieval de Cataluña y aquí está la verdadera historia de la bellísima construcción alemana:

Neuschwanstein significa, según mi Mauricio que sabe alemán, Nuevo cisne de piedra, y fue nombrado así en honor al Caballero Cisne de la famosa ópera de Wagner del mismo nombre. Fue construido hacia fines del siglo XIX, en Alemania, cerca de la frontera con Austria. (Coordenadas para Google Earth 47°33′16″N, 10°44′10″E).

Es una bellísima y romántica composición de torres y muros en perfecta armonía con las montañas y los lagos; estuvo de candidato a las siete maravillas del mundo moderno (por ello estaba en mis archivos). Su construcción fue iniciada por el rey Ludwing (Luís II) de Baviera, conocido como Ludwing el loco. Colocaron la primera piedra el 5 de septiembre de 1869. El diseño se debe al arquitecto Christian Jank.

Ludwing pidió a su arquitecto que fuese construido enteramente con materia prima bávara y por habitantes bávaros. Quería que por fuera semejase los castillos de los cuentos de hadas, y por dentro debería tener todos los avances tecnológicos de aquel momento.

Dicen que Ludwing usó los fondos del reino para construir tan majestuoso edificio, pero lo cierto es que utilizó su propio dinero. No interesa mucho cómo fue en verdad pues es una hermosa edificación que le ha llevado muchos turistas a Alemania.

El encantador castillo de Neuschwanstein, Localizado en la región de Fuessen, en Baviera tiene 360 habitaciones, pero sólo 14 tienen un diseño totalmente acabado, las otras quedaron inconclusas, pues Ludwing fue depuesto como rey, en 1886, y enseguida murió de forma misteriosa. El castillo fue abierto al público poco tiempo después.

Esas 14 habitaciones están decoradas con un lujo sin igual, con cuadros y tapices con bellas escenas de óperas de Richard Wagner, del cual el depuesto rey era un gran admirador.

Si alguna vez pueden mis lectores latinoamericanos viajar a Alemania, no se olviden ese maravilloso destino, ni la cámara para tomarle fotos desde todos los ángulos exteriores posibles, está prohibido hacer fotos dentro del castillo. Ciertamente quien lo ve, lo admira, lo aprecia y desea volver a ese lugar una y otra vez.

La fantasía neo-románica y neogótica del castillo con sus almenas, frontones, torres, puentes levadizos y muros blancos como la nieve fue gozada por Luís II desde 1880 cuando por primera vez y por corto tiempo pudo habitar el castillo, que es una preciosidad. V
eamos las fotos, aún así; sin estar presente, realmente nos transporta al mundo mágico de las hermosas fantasías de los cuentos de hadas; por eso Disney lo escogió como modelo para el castillo de “La Bella Durmiente” y construyeron una réplica en Disneyland Resort Paris.

La mala memoria de algunos y la carta de Correa a Ingrid

No hay calificativo exacto para una persona que ha utilizado todos los medios a su alcance para mostrar su desprecio por los colombianos y nuestro presidente, el Dr. Uribe. El señor Correa, presidente de Ecuador, cuyos esbirros no tuvieron reparo en llevar gente frente a su casa de gobierno para que injurien al Dr. Uribe durante una ceremonia de recibimiento al señor Ortega, presidente de Nicaragua, no tuvo ningún reparo en alentar a las masas con su ya gastado discurso de la violación de su suelo, ocurrido hace algunos meses.

Según el diario El Espectador de Bogotá, Ortega calificó el ataque militar, a la guarida de Reyes, como un "acto de prepotencia" del Gobierno colombiano. Fue un "típico acto de terrorismo de estado", dijo acerca del bombardeo para atacar "un campamento de las Farc que estaba trabajando por la paz".

Así que el escondrijo de uno de los delincuentes más buscados del mundo es, para Daniel Ortega, una sala de encuentro, una capilla o un recinto en donde se hallan personas en busca de soluciones “pacíficas” pero para secuestrar, extorsionar, torturar o asesinar con tranquilidad.

Tiene muy mala memoria el presidente nicaragüense pues según el diario “La Prensa” de su país: “Hace veinte años, tres mil efectivos militares del entonces Ejército Popular Sandinista (EPS) cruzaron diez kilómetros más allá de la frontera de Nicaragua con Honduras, para dirigir un ataque contra 1800 combatientes contrarrevolucionarios que acampaban en ese país.”

¡Vaya! Para ciertas personas es muy fácil sufrir de amnesia al momento de criticar o insultar, sin reconocer lo que ellos mismos han hecho, sólo revisemos el número de veces que Ecuador invadió terrenos peruanos, con las subsiguientes guerras limítrofes (El 2 de febrero de 1995, cuatro de las cinco bases instaladas por el Ecuador en territorio peruano fueron desalojadas de los puestos…).

Por otro lado, protesto enérgicamente que el señor Correa le haya enviado una carta a nuestra conciudadana Ingrid Betancourt en la que entre otras cosas le dice; según el diario El Mundo de España: "(...) nos apena que no haya apreciado en su justa dimensión los esfuerzos que hizo el Ecuador por su liberación y apoye el bombardeo a nuestra Patria y la violación de su soberanía y su integridad territorial".
Puntualicemos:
Que yo sepa, Ecuador nunca hizo diligencia alguna en busca de la liberación de la señora Betancourt. Esa cantinela salió de boca del presidente de dicho país a raíz del encuentro casual de los ordenadores de Reyes, en cuyo disco duro había información muy interesante, que tocaba incluso a gente cercana a don Correa.

Ingrid duró más de seis años secuestrada, acostumbro a leer la prensa diariamente; resulta supremamente extraño no haber sabido del tremendo esfuerzo hecho por el señor Correa.


Supongamos que en verdad haya estado en estos años vinculado al grupo de familiares de secuestrados, que hubiera asistido a todas las marchas pidiendo su liberación, que se hubiese desplazado a muchos países pidiendo ayuda para la liberación de Ingrid y que en estos últimos seis años su vida hubiera sido un completo infierno sabiéndola en la inhóspita selva pasando cien mil dificultades, ni aún así, señor Correa, tendría derecho moral de echarle en cara su “sacrificio”.

Esclavitud en el la Edad Moderna

Terminada la conquista del continente americano se dio paso a la época Colonial. Los europeos habían sometido a los nativos obligándolos a servirles. Pero su mano de obra no rendía no solo por la impericia sino porque su contextura no les daba para aguantar trabajo más allá de lo acostumbrado y no podían sobrevivir en esas condiciones, en parte debido a su falta de inmunización contra las enfermedades europeas y a las duras condiciones laborales.

La solución vino de África: importación de esclavos negros. Y no podía ser de otra manera por motivos de peso legal en aquella época. La corona española insistía en que el indígena no podía ser esclavizado por tratarse jurídicamente de súbditos de la corona castellana y lógicamente, Castilla no debía esclavizar a sus súbditos.

Pero aquello, como casi todas las leyes, fue un asunto de papel pues si la solución que venía en camino los libró de la total esclavitud, de alguna manera siguieron muy unidos a los extranjeros por motivos de endeudamiento o las encomiendas.

Se optó por importar en las colonias españolas esclavos africanos que se creía podrían soportar mejor el trabajo forzado, pero se presentaba un ligero problema: en 1494 se había firmado el Tratado de Tordesillas, que trazaba la línea divisoria entre España y Portugal para las exploraciones de nuevas tierras, imponía igualmente límites que impedirían durante los primeros siglos de la Colonia el comercio directo de esclavos desde las costas de África.


El rey de España Carlos I estableció en 1517 un sistema de concesiones a particulares para introducir y vender esclavos africanos en América. A comienzos del siglo XVI, se introdujeron los primeros esclavos en las islas del Caribe. Primero se autorizó en La Española, pero para 1530 se había institucionalizado ya en el resto del Caribe.

El transporte de los esclavos a este continente, a partir de esa época, no hizo sino crecer con el tiempo, y acabó ascendiendo, según cálculos, a algo más de quince millones de personas. Al comienzo se creía que los reyes africanos vendían a personas que eran botines de guerra, pero en realidad casi la totalidad fueron producto de la cacería humana para el comercio. (¡Qué horror!)


A finales del siglo XVI, El Reino Unido empezó a competir por el derecho a abastecer de esclavos a las colonias españolas, detentado hasta entonces por Portugal, Francia, Holanda y Dinamarca. En 1713, la British South Sea Company consiguió el derecho exclusivo de suministro de esclavos a estas colonias. Los primeros esclavos africanos llegaron a Virginia (USA) en 1619 de manos de los primeros corsarios ingleses; los esclavos estaban sujetos a la llamada servidumbre limitada, una situación legal propia de los siervos blancos, negros e indígenas, que era precursora de la esclavitud en la mayoría de las colonias inglesas del Nuevo Mundo.


En la segunda mitad del siglo XVII, el desarrollo del sistema de plantaciones en las colonias del sur del continente americano, trajo como resultado que el número de esclavos africanos importados aumentara considerablemente. A medida que fueron adquiriendo una mayor relevancia se hizo necesario modificar la legislación correspondiente. Durante la guerra de la Independencia estadounidense (1776-1783) eran esclavos en el más amplio sentido de la palabra, con una legislación que definía claramente su situación legal, política y social.

Desgraciadamente, los pobres negros no tuvieron quien los defienda de la ignominia de la esclavitud: ni las autoridades de sus países de origen, ni en los puertos africanos, nadie sintió la mínima curiosidad por descubrir cuál era el motivo que había convertido en esclavos a aquella pobre gente.


En conclusión, la legalidad de su esclavitud descansaba en la independencia de los reyes indígenas africanos que suministraban esclavos: El soberano europeo no tenía la culpa de que aquellos negros fueran esclavos sencillamente porque ya lo eran antes de ser vendidos a los traficantes europeos.

Ingrid Betancourt ha regresado del “infierno”



¡Han rescatado a Ingrid Betancourt!

Con esas palabras me sorprendió mi vecina Charito en la tarde de ayer. No podía creerlo, pensé que se trataba de una broma. Debía seguir con mis actividades, pero en verdad no podía concentrarme. Más tarde me telefoneó mi amiga Cecilia Galindo:

¿Estás viendo los noticieros?

No, mi querida amiga, estoy muy ocupada.

No importa, échales un vistazo, después hablamos. (Ella estaba llorando)

Luego de observar la tele me senté frente al ordenador y comprobé una vez más que no estaba soñando. Los principales diarios digitales del mundo le dedicaban enormes espacios a la mejor noticia de los últimos años.

Los gobernantes han enviado saludos a nuestro presidente y el mundo entero está feliz pues el rescate de 15 rehenes de la guerrilla puede ser el alba de la paz, de un mejor mañana para este país que tanto ha sufrido.

Muchas veces estuve pensando en ella: cómo estaría en la selva, cerca de muchos bichos, expuesta a enfermedades, lejos de sus seres queridos, sin un baño decente, sin comida agradable, sin intimidad, sin libros, sin amigos, sin poder expresarse…

Es verdad, aunque aún lo veo entre la ficción y la realidad, nuestro ejército ha liberado a Ingrid, no tengo palabras lo suficientemente hermosas para agradecer… la emoción me gana… sólo puedo decir: ¡Bendito sea mi Dios! Lástima que no podrán devolverle el tiempo perdido, el mágico crecimiento de sus niños y el poder soñar junto a ellos.