Movimientos migratorios

La creciente oleada de personas que aspiran a un futuro quizás más esperanzador allende los mares o en territorios que se creen poseen una mayor esperanza de vida, es un fenómeno que ha existido desde la antigüedad y que ha tomado fuerza en las últimas décadas y ha hecho que las autoridades de la Unión Europea lo integren en sus agendas como un tema de alta prioridad. Y no es para menos, lo sucedido en Francia en los últimos días de octubre no es más que el comienzo de un terrible flagelo que puede minar poco a poco la tranquilidad de los habitantes de esas tierras.

Al parecer, la mayoría de europeos ven el crecimiento de la inmigración como una amenaza a su propia identidad, entendida ésta como un modelo de principios y valores inmutables. Posiblemente lo ven como lo deben haber visto nuestros antepasados cuando llegaron los españoles a imponer su cultura en América; como observaron los habitantes del África mediterránea cuando aparecieron los franceses en su paisaje territorial: un choque de culturas, eso precisamente es lo que es.

Pero lo que está sucediendo en la UE lo observo muy diferente, pues no han sido invadidos por un ejército, ni existen grupos de inmigrantes que estén tratando de hacer oficial su lenguaje y sus costumbres ancestrales.

No veo bajo ningún punto que un “choque de culturas” pueda ser desastroso, por el contrario, poco a poco todos enriquecerán su mente con el aporte cultural que se atrevan a recibir de los visitantes y como si fuera poco, si hubiese también una mezcla física, pronto la UE contaría con gente única e irrepetible como tenemos en nuestra América. Ya de por sí ese bello continente es un fascinante mosaico de culturas.

Según leí el 12 de este mes en “20 minutos”,
la Comisión Europea crearía una fuerza de seguridad conjunta en el Mediterráneo para luchar contra la inmigración ilegal procedente de África y no creo que lo hagan por maldad como piensan algunos seres negativos, lo que desean es acabar con la inmigración ilegal y el terrible tráfico de personas.

La UE necesita de veras a los inmigrantes pues su tasa de crecimiento demográfico se ha reducido y ello puede afectar gravemente a su sistema económico.

Las migraciones no se generan sólo por los factores de miseria y falta de oportunidades de empleo en los países emisores, sino por los factores de atracción en los países receptores quienes experimentan una necesidad crónica e inevitable de trabajadores de origen extranjero. Es lo que vemos precisamente a través de las redes informáticas y los medios de comunicación que abren ventanas publicitarias que reclaman a miles de personas que anhelen formar parte de su progreso económico.

Aunque endurezcan las políticas migratorias, es un hecho que la UE necesita de trabajadores que realicen los oficios que muchos europeos rechazan como el trabajo doméstico, la agricultura, el cuidado de los niños y de los ancianos.


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