El condón

Hay quienes aseguran que utilizar preservativo e s como chupar helados con empaque o degustar un tamal con todo y hoja. Eso a todas luces es muy exagerado pues si partimos de que la sede del deseo se ubica en el cerebro, entonces nos daremos cuenta que se trata de predisposiciones, chistes o simplemente excusas que pueden poner en peligro a quien hace dichas suposiciones. Recordemos que para quien tiene buen ánimo los obstáculos son nada.


El condón, ese sin igual “amigo” de látex, es quien se encarga de evitar el contagio de muchas enfermedades de transmisión sexual, por consiguiente reduce la posibilidad de contraer el virus de la inmuno deficiencia adquirida y naturalmente evita un embarazo no deseado.

Es necesario concienciar a la gente sobre el uso del preservativo, pues además de los miles de embarazos indeseados contamos con 40 millones de personas contaminadas de SIDA en todo el planeta. Nadie debe poner excusas aduciendo falta de sensibilidad o molestias pues en la actualidad contamos con una variedad increíble de condones que cubren un gran número de exigencias, los hay para todos los gustos, de todos los colores y sabores; existen los que “aumentan”, los retardantes, los texturizados, los lubricados, los ultrasensibles y los que tiene figuritas hasta los fosforescentes por acaso le encante jugar a la guerra de las galaxias.

No hay que creer que el preservativo es un invento de los últimos años. Los hombres han sido inquietos y creativos en todas las épocas. Hace muchos años el temor de contraer sífilis les llevó a fabricar unos condones muy primitivos, pero que debieron ser muy efectivos pues la humanidad siguió en pié. En un comienzo fueron de lienzo (¡qué horror!); en el siglo XVIII surgieron los elaborados con tripas de ovejas; en el siglo XIX aparecieron los primeros condones de plástico; pero fue hasta 1930 que comenzó la fabricación de los preservativos de látex.

El sexo forma parte muy importante de nuestra existencia. No lo es todo, pero es muy bueno para relacionarnos con el ser que amamos y de paso descargamos tensiones. Absolutamente todos los seres humanos adultos tenemos experiencias sexuales aunque sea una vez en la vida. Hagamos buen uso de él, sin hacer daño a los demás, ni a nosotros. El condón puede salvar muchísimas vidas, puede ahorrarnos una buena cantidad de contratiempos y si son de látex nos proporcionan más seguridad.

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