Presidente indígena

Tengo listos unos temas bastante controversiales, pero creí conveniente dedicar un momento a reflexionar acerca del significado de la ascensión al poder en Bolivia de un dirigente indígena, líder de los cocaleros: Evo Morales del partido MAS (Movimiento al Socialismo) una coalición amplia de sindicatos izquierdistas y grupos autónomos.


Esa noticia no hubiera trascendido si no se tratara del primer presidente auténticamente indígena después de muchos años en que llegó a la primera magistratura de un país latinoamericano, un aborigen: el mexicano Benito Juárez, en 1859.

Nuestra historia Latinoamérica está marcada por el acaparamiento del poder de líderes, gamonales o caudillos de raza blanca que han llevado con sus políticas discriminatorias a dejar de lado a todos aquellos que no tienen la piel rosa. Pero he aquí que poco a poco ha habido una incursión de gente mestiza en el poder, como ocurrió en Nicaragua con la llegada a la presidencia de la República del sandinista Daniel Ortega; en Perú con el presidente actual Alejando Toledo y en el Ecuador el coronel Lucio Gutiérrez, quien llegó al poder gracias al apoyo del movimiento indígena Pachakutic, pero aunque era de su color, quizás él los traicionó porque no pertenecía a sus comunidades.

Es absurdo pensar que ni siquiera los compañeros de lucha de Evo Morales estaban seguros del éxito, como ocurrió el domingo 18 de este mes y menos aún pensaron que lograrían más del 50% de los votos. Estoy segura que la victoria de Evo Morales cambiará el mapa político no solo en Bolivia sino en la región pues se sabe de una parte, que en el Perú el candidato presidencial Ollanta Humala, quien recientemente ha subido en las encuestas, basa su campaña electoral en la defensa del legado inca y el libre cultivo de la coca. De otro lado es posible que el Ecuador que posee una amplia población indígena y en el que existen graves problemas políticos sus habitantes decidan buscar una opción alternativa de futuro.

Según palabras del vicepresidente boliviano electo, Álvaro García Linera, en Bolivia las clases sociales tienen color, lengua y cultura, que su país sigue siendo colonial y que el color de la piel cuenta para el ascenso social. En consecuencia una de las prioridades gubernamentales sería tratar de buscar un trato igualitario entre la población, impulsar con urgencia una agenda social y demostrar con hechos que el Estado respeta y acepta que su país es multiétnico y multicultural.

A Evo Morales le espera un reto, un desafío, un camino muy espinoso por recorrer. No le será fácil enfrentar a los “aristócratas” de Santa Cruz, a la reacción interna y externa ante la nacionalización de los hidrocarburos y la legalización de los cultivos de coca, y sobretodo, al desencanto de los electores que votaron por el cambio y que próximamente puedan ver desechos sus sueños, pues ningún gobernante tiene una varita mágica que de la noche a la mañana haga que las desigualdades se acaben y que los recursos alcancen para todos.

Para finalizar elevo mi más enérgica protesta por la burla de que fue objeto el presidente electo de Bolivia. Esa broma fue realizada por un sujeto de una cadena radial española (propiedad de la iglesia católica). Espero que la fiscalía de su país ya le haya levantado cargos por engaño, adopción de falsa personalidad, suplantación de la persona de su Presidente y mal empleo de un legítimo recurso periodístico como es la entrevista.

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